Valle de Esteban
-Eugenio Noel se rapaba las cejas y la frente. Hasta que un día los sevillanos, calientes por una conferencia antitaurófila de Noel, le raparon toda la cabeza. Era de ver el león sin melena. Se encerró no sé dónde hasta que le creciera de nuevo la cabellera que hoy se usa. Estos poetas melenudos me hacen el efecto de Sansones: pierden la fuerza si les cortan los cabellos.
Carmen de Burgos, Colombine