Ortega y Gasset es un hacedor de frases. Un catedrático vacío, retórico y petulante. A mí me hace el efecto de un maestro de escuela. Unamuno es otra cosa. Es un pensador. Anda siempre tras de la verdad profunda del yo, la verdad trascendental de la conciencia. Así, está muy bien. Pero cuando se da un codazo con el prójimo es intolerable. Hace tres años que no escribe más que contra el Rey porque no le quiso recibir.
Ramón Pérez de Ayala