AMIGO INGENIOSO
-Yo había ido a verle (al amigo con la madre muerta) en compañía de otro amigo, hombre muy espiritual, que nunca despgaba los labios como no fuese para decir una frase de ingenio. En aquellas circunstancias trágicas, el amigo ingenioso estuvo a la altura de siempre. Se puso a hacer chistes, y él creía que de ese modo iba a distraer un tanto la tristeza que reinaba en la casa. El resultado fue contradictorio. La tristeza del pobre chico a quien se le había muerto su madre aumentaba visiblemente, y yo mismo comenzaba a sentir una sorda irritación contra aquel ingenio tan inoportuno.
LONDRES / JULIO CAMBA
Ignacio Ruiz Quintano