ECONOMÍA POLÍTICA
-Es muy triste verse obligado a hacer esto. El que más y el que menos de todos nosotros había soñado con el dulce ideal de no saber nunca nada de economía política. Que se encargasen de los negocios los políticos profesionales, y mientras tanto nosotros haríamos tranquilamente nuestros versos y nuestros cuentos. ¡Ay! Las cosas se han puesto de tal manera que nos es absolutamente preciso abandonar esas ilusiones. Dejemos el arte puro como una diversión para países más felices que el nuestro. Nosotros no tenemos tiempo disponible para divertirnos.
LONDRES / JULIO CAMBA
Ignacio Ruiz Quintano