jueves, 13 de diciembre de 2018

Extraños resultados en la última jornada de Champions


La natural selección


Francisco Javier Gómez Izquierdo

      Están casi todos los dieciséis decembrinos de cada temporada. Mire usted los clasificados y quizás eche en falta a los portugueses del  Benfica, el tradicional hueso del Nápoles, un poco al habitual Shaktar y quizás al Inter, ¡con lo que fue siempre el Inter! Del ausente Milán mejor no hablar porque tampoco sabe uno qué decir y... pare usted de contar. Sobresale el pleno inglés, la buena nueva de la vuelta del Ajax, la aparente debilidad de las escuadras germanas, los pelos que PSG y Liverpool se han dejado en la gatera y los empates del Lyon que punto a punto ha llegado como teórica cenicienta hasta los octavos.

      Sí. Lo mismo de siempre pero con vicisitudes tan llamativas que en la última jornada, casi sin emoción clasificatoria, nos ha dejado resultados no creíbles de primeras si no habías visto los partidos. La de mas impacto nos la ha brindado el R. Madrid en el Bernabéu, con un 0-3 ante el CSKA -curiosa la absoluta eliminación de los rusos biganadores del campeón- que puede que traiga cola, pero que seguro olvidará el madridismo como se olvidó del fútbol zidanesco cuando por mayo,los hombres del francés entregaban el vellocino de la Champions  ante la ya indiferente mirada, por acostumbrada, de la diosa Cibeles. Vi la segunda parte y me pareció todo muy raro: la alineación, la ausencia de tensión, el malestar de Isco, la titularidad de Courtois... El madridismo olvidará el resultado, como digo, pero ciertos detalles prevalecerán y además de a Benzema el Santiago Bernabéu ya tiene uno nuevo a quien silbar: Isco, un genial futbolista empecinado en construir laberintos confundidores. Rara también la derrota de la Juventus en una insólita bajada de tensión competitiva en Suiza; la de la Roma ante ese Viktoria Pilsen que, con todos los respetos, más parece una marca de cerveza que un club de fútbol, no es tan sorprendente pues la Roma puede perder con cualquiera.

     En este fútbol al que han invadido las apuestas, las sospechas asaltan a los suspicaces, y aunque todo quisque se ponga en negativa, la duda va haciendo un nido de donde el día menos pensado salen revolantones los más ilustres pajarracos. No pienso, y lo digo de verdad, nada malo de la jornada de ayer, pero tanta sorpresa es cierto que escama, la verdad. Y más, teniendo en cuenta lo sensible que anda el cordobesismo, protagonista a la fuerza de un partido que puede ser histórico y hasta no ser partido ni nada. Personalmente creo que lo último es lo más correcto, lógico y decente. No sé si saben que el amo del Reus no paga a sus futbolistas porque no tiene dinero, supongo, por lo que el club está condenado a descender al final de temporada. Incluso cobrando las mensualidades de la caja de la LFP del señor Tebas no hay salvación posible. Es decir, desaparece en junio o la semana que viene. Los jugadores prefieren hacerlo la semana que viene, con muy buen criterio, pues la docena de profesionales que sobreviviese con el dinero de la Liga estaría de continuo en entredicho a costa de esas primas a terceros, primeros y segundos, perdonables si se cobran por ganar pero  odiosas y delictivas si se reciben por perder. 
   
No tengo claro si los resultados que ha hecho el Reus hasta hoy -la última jornada ganó al gallito Alcorcón- permanecen inamovibles y los puntos que otros equipos perdieron ante los catalanes no los recuperan los perdedores como si se los van a regalar a los que no van a disputar sus partidos de aquí a final de temporada.

    Tendría “riles” que el último partido de la historia del Reus lo perdiera el Córdoba.... y en junio nos quedáramos a dos puntos de la salvación.