sábado, 8 de enero de 2022

Feliz 2030


William Miller

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    No diga feliz 2022. Diga feliz 2030, que es nuestra última estación. ¡El Milenio!


    En sus “Presagios del milenio” contaba Harold Bloom cómo el predicador William Miller anunció el Apocalipsis para 1843, si bien sus discípulos recalcularon con el libro de Daniel y lo demoraron hasta el 22 de octubre de 1844, fecha del Gran Chasco, que daría lugar a los Adventistas del Séptimo Día y los Testigos de Jehová.
    

Nuestro Miller sería hoy el buen Soros, cuyos garicanos (el garicano considerado como unidad de medida del tartufismo centrista) acatan 2030 como consumación del Nuevo Orden (el reino de Dios en la tierra), que constituiría, como vislumbró Muray, la cuarta gran oleada de la Reforma a lo largo de los siglos (“después de la de Lutero, después de la del 89-93, después de la de Hitler”), con todos sus encantos protestantes.
    

Hoy Alemania nos muestra que otra política es posible. Sale una gran coalición que no dio alas al populismo. Mi sincera enhorabuena a los tres socios–tuiteó Garicano en el papel de “negro” de Bonafoux.
    

Alemania, desde luego, encarna el ideal del siglo XIII (“un solo rebaño, un solo pueblo”), una sola forma de sociedad. “La Ciudad del Bien –avisó Muray– sucede a la Civitas Dei como proyecto de comunidad espiritual única congregada bajo la autoridad de una instancia soberana, perfectamente global, perfectamente feroz”.
    

España vive de prestado. Su soberano, pues, es el prestamista alemán, que dicta la única política a llevar, que es la dictadura socialdemócrata: ni socialismo ni democracia; un fascismo para pobres que no puede decir su nombre, “quemado” donde sabemos, y reservado para quienes se opongan a sus dictados, pues, como dijo Russell al aduanero useño, “¿qué es técnicamente el fascismo, más que el legislativo sometido al ejecutivo?”
    

Todas las picias peperas responden a tal plan, y la capital ideal de esta Cuarta Gran Oleada atisbada por Muray sería Ginebra, según Bloy “el hogar de la gazmoñería y el egoísmo más abyecto del mundo moderno”.

[Sábado, 1 de Enero]