viernes, 21 de enero de 2022

Descalabros coperos


Lopetegui en Las Palmas. 1987

 


  

Guido Carrillo

 

 Francisco Javier Gómez Izquierdo


        Resuelto el misterio del campeón de Liga 21/22 (ya, ya sabemos que hasta el rabo todo es toro, pero esta temporada anda ensombrecida con auténticos desechos de tienta), quedaba la Copa del Rey para que la nobleza del fútbol español redimiera sus escandalosas inhibiciones en el campeonato, pero hasta aquí han arrastrado no se sabe si sus necesidades, depresiones o síndromes sobrevenidos por esta peste china que nos azota como las pertinaces sequías de Franco.
      

La Copa nos deja los apuros del Real Madrid para eliminar al Elche en un partido donde todos vimos al poco de empezar un gol que Guido Carrillo, el único futbolista del mundo capaz de fallar semejante regalo, no marcó, rocecillos tenidos como falta grave y una esperpéntica expulsión de Marcelo, que es el tipo de adversidad que suele revolucionar al Real Madrid en los partidos que se le ve agalbanado. Marcó Verdú y me dije: "... lo levantan seguro". Lo de los árbitros con el manejo del VAR está visto que no tiene remedio.
      

El Athletic-Barça supongo que mostraría a Xavi que hay virtudes que no son eternas por mucho que él crea en ellas. La velocidad de Jordi Alba por ejemplo; cierto que le tocó bailar con la perla negra más vistosona de Marcelino pero miren la carrera en el 1/0, fue al minuto de empezar, frescos aún, y convendrán que la decrepitud ha alcanzado niveles insospechados; de la velocidad y prestancia de Alves mejor no hurgar -¡qué será del sistema, la filosofía Barça, sin laterales!-; que Pedri, Ansu, Gabi, Nico, Abde, Ferrán... son jóvenes y mejorarán es fe en la que todos creemos pero aún suenan a cuadrilla cuchipandera, no hay más que pasar lista y oír sus nombres, con demasiadas incógnitas. Si a las vacas sagradas empiezan a temblarle los pies, los indiferentes se preocupan sólo de sus euros y los mozos que vienen se pasan de frenada como Gento en sus comienzos, quizás acelerar la adaptación juvenil entrañe excesivos riesgos en un club como el Barça pero lo cierto es que no queda  más remedio, y más de trescientos disgustos, dicho a lo Sabina. Estas cuitas se entienden muy bien en Bilbao, donde además a los bilbainos se les alegra el ánimo por ver lo que dan de sí los "cachorros". Poco a poco Marcelino va curtiendo una remesa de jugadores extraordinarios: Nico Williams, Sancet, Vencedor, Nico Serrano, Vivian anoche soberbio... Dicen que Xavi ha mejorado el panorama que manejaba Koeman. Será verdad si lo dicen los que saben.
    

 La depresión del Atlético de Madrid, el sistema del Atlético de Madrid, los boquetes del Atlético de Madrid atrás... son un cúmulo de causas tan insospechadas en semejante casa que además de augurar un porvenir incierto amenazan con devaluar una plantilla en la que les prometo que un servidor cree capacitada para cualquier hazaña. También creo que Simeone se ha empestiñado en un bucle absurdo que lo está debilitando sin misericordia. Pero lo que yo crea téngase por lo que es: conjetura de aficionado.
    

También se recordará esta Copa por el bilardismo de los chinos de Lopetegui. Bilardo era un pesonaje que como ustedes saben le importaba un bledo lo que se pensara de sus métodos. Lopetegui pretendió ante el Betis lo mismo que hubiera pretendido Bilardo: suspensión y partido perdido al Betis. Es verdad incontestable que un mamarracho bético -los hay de todas las parcialidades- fue el verdadero culpable de lo que vino después, pero creo que a Lopetegui se le vió un plumero del que pensábamos carecía. ¡Quién le mandaría a este hombre renunciar a la selección! ¡Con lo tranquilo que vivía!
     ¡La Copa...!, ¡Qué cabrona puede llegar a ser la Copa!