jueves, 9 de febrero de 2017

Bestiario centrista

Hughes
Abc

El pez-vaca no ha sido el único. Tras el centro liberal-progresista de Ciudadanos, no dejo de tropezar con creaciones así. Una cosa y la otra.

Hace unos días leí sobre la existencia del pez-conejo. Es un pez de origen tropical que ha entrado en el Mediterráneo y está causando estragos. Son peces de aspecto simpático y devoradores de plancton y algas, como conejos subacuáticos.

Otra criatura extraordinaria es el cerdo hormiguero, un animal muy exótico que se está criando en el Bioparc de Valencia. Aspecto de cerdo, hábitos de hormiguero y cola de canguro. Es aproximadamente un cerdo, pero no bellotero.

Estos animales normalmente los veríamos como quimeras. Cuerpos con tres especies a la vez. Cuerpo de tres. La quimera estaba en la historia de la fealdad de Eco como una de las imágenes medievales de lo monstruoso.

Pero quizás no sean quimeras, sino animales centristas. Seres extraños y también solitarios, que no recibieron nunca el homenaje gráfico del hombre, con los que no juegan los niños, y que son suficientemente hábiles para la supervivencia (tan parecidos a esas monstruosidades mutantes en el formol de los museos naturales con que asustan a los niños), pero no tanto como para explotar sus naturalezas dominantes, para ser dos en uno.

El cerdo hormiguero me hace soñar, pero escapará del cielo-infierno de la reproducción industrial humana y lo tendrá muy crudo. No tendrá dehesas, pero tiene un aspecto muy muy simpático. El morro del oricteropo, que así se llama, es como el de un cerdo, pero alargado, como si llevara una mascarilla.

El pez-conejo está sólo en el mare nostrum, acabando con las algas. Es un invasor, un destrozo en el mar milenario. Pero él no lo sabe.

El cerdo hormiguero ha sido siempre solitario y nocturno, como si le diera vergüenza salir a la luz del día.

Los dos mandan un mensaje de esperanza a los raros, solitarios y también a Ciudadanos. ¡La naturaleza también sabe ser centrista a veces!