jueves, 14 de abril de 2016

Generosos

Don Tancredo


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

El mejor caso de generosidad política que conozco es el que Benjamin Franklin le contó a Tom Paine, que lo relata en los “Derechos del hombre”.

Cuando el Dr. Franklin vivía en Francia como ministro de América, durante la guerra de independencia con Inglaterra, recibió, entre miles, carta de un proyectista ofreciéndose a ser rey de América. Decía que como los americanos habían despedido a su rey, querrían otro; que él mismo era normando, de familia más antigua que los duques de Normandía y de linaje más honorable, pues en el suyo no había bastardos; y que ya existía en Inglaterra un precedente de reyes normandos. El doctor no contestó, y el proyectista envió otra carta.

No amenazaba con conquistar América. Únicamente, y con gran dignidad, proponía que, de no aceptarse su ofrecimiento, ¡se le reconociera una suma de treinta mil libras por su generosidad!
Viene esto a cuenta de la generosa renuncia de Pablemos a la vicepresidencia del gobierno (¿cómo cuantificar en euros su generosidad?), cargo que, una vez “vacante”, Rajoy ofrece (y no miro a María Soraya)… a Snchz, junto con una propuesta de reforma de la Constitución, que empieza a ser como un guion de “La Biblia” en manos de John Huston, es decir, un mamotreto del que ir arrancando hojas para ponerse al día, ya que no sirve ni para “destancredizar”, que diría Bergamín, las crisis políticas en un país que ha tancredizado (y no miro a Mariano) un régimen de crisis política más que una crisis política de régimen: “El tancredismo constitucional de España”.

Eso que se llama por ahí la totalización del Estado, el Estado totalitario, no es más que esto: “una totalización” del Estado, un Estado Tancredo, una paralización del Estado por el terror, un Estado total, inmóvil, de terror pánico.
El rajoyismo es esperar, subido a un pedestal de medio metro, las acometidas de la fiera sin temor ni recelo de que ésta llegue. Y se busca pedestal, ¡pero de medio metro! (Snchz sería hacer trampa).