Ignacio Ruiz Quintano
Abc
La teoría según la cual Podemos sería la venganza del comandante Chávez contra el regio “porquénotecallas” encaja con el programa municipal de Caracas en Madrid: primero, la pandemia de la desnutrición infantil, y ahora, el ministerio de la Verdad, que aquí, de momento, no pasa de concejalía, pero a cargo de un señor de Burgos que es psicólogo y que se llama Barbero, que menudo nombre para el “rastreo” periodístico.
Cuando las barbas de su vecino ve pelar, el periodista pone las suyas a remojar.
Del concejal Barbero se dice que fue fraile, aunque su escritura, extraída de su “bio”, sea de hermano lego:
–Mi formación en bioética y mi trayectoria en ese campo estimo que me permite aportar trabajar la apuesta democrática y de transformación desde los valores. Es el momento de sumar.
Este cacao sintáctico es una pálida imitación del cacao filosófico, pero en eso consiste el método de Podemos, graciosamente anticipado por el positivismo lógico en un debate sobre lógica en la BBC entre el padre Copleston, que hacía de Barbero de la situación, y el filósofo Alfred J. Ayer. Mareado por los birlibirloques del padre, explota el filósofo:
–Suponga, padre, que digo “Hay un drógulus allí”, y usted dice “¿Qué?”, y yo replico “Drógulus”, y usted pregunta “¿Qué es un drógulus?”. Bueno, digo yo, no puedo describir lo que es un drógulus porque no es la clase de cosa que usted pueda ver ni tocar, no tiene efectos físicos de ninguna clase, sino que es un ser incorpóreo. Y usted dice “Bien, ¿cómo puedo decir si está allí o no?” y le contesto “No hay forma de decirlo. Todo sigue justo igual esté allí o no. Pero el caso es que está allí. Hay un drógulus justo detrás de usted, espiritualmente detrás de usted.” ¿Tiene eso sentido?
El drógulus espiritual que hay detrás del concejal Barbero es… el Atleti:
–Y bueno, soy del Atleti, que eso da siempre la impronta del buen humor.
El humor, desde luego, es el rasgo distintivo de esta Corporación.