miércoles, 22 de octubre de 2014

Hubert de Givenchy, hoy, en el Thyssen-Bornemisza

Sabrina
A Woman of the World

Martín Bianchi
Abc

Edith Head, la todopoderosa diseñadora de la Paramount, no quiso mencionar a Hubert de Givenchy cuando recibió el Oscar a Mejor Vestuario por «Sabrina», en 1954. El conde y modista francés, que por entonces solo tenía 27 años y daba sus primeros pasos con su propia casa de costura, era el verdadero autor de los icónicos vestidos que luce Audrey Hepburn en el filme de Billy Wilder, pero la celosa Head se negó a reconocerle el crédito y, mucho menos, a cederle la estatuilla. Lejos de enterrar a Givenchy en el anonimato, el desprecio de la diseñadora más oscarizada de Hollywood le lanzó al estrellato.

«No me dieron el Oscar que me merecía, pero recibí algo mucho mejor», reconoce «monsieur» Givenchy mientras ultima los detalles de su retrospectiva en el Museo Thyssen-Bornemisza, una exposición que reunirá un centenar de sus diseños a lo largo de casi medio siglo, desde la apertura de su maison en 1952 hasta su retirada profesional en 1996. «Audrey estaba furiosa. Se sentía tan culpable por el desaire de Edith y era tan honrada que me dijo: ‘‘¡Esto no volverá a ocurrir! Ahora voy a firmar un contrato de exclusividad contigo para que hagas el vestuario de todas mis películas’’», recuerda el creador, de 87 años.

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