jueves, 29 de agosto de 2013

Mambrú

Al Swearengen preguntándose quién se ha peído
 
Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Mambrú, que esta vez es Obama, se va a la guerra, y los Bardem, que esta vez son Hollande (francamente más tonto que Chirac), lo van a acompañar.

    Ya lo dijo el general Schwartzkopf en la primera guerra del Golfo:

    –Ir a la guerra sin Francia es como salir a cazar ciervos sin tu acordeón.
    
La movida es en Siria.

    Siria para mí es “Las ruinas de Palmira” del conde Volney (leías ese libro con quince años y te convertías en un ateo tan pichi como Llamazares o Pepe Rodríguez), y también “la mirada dulce” que veía Eça de Queiroz (¡paisano de Mourinho, hummm!...) en su amigo Bracolletti: “una mirada dulce, que me recuerda la de los animales de la Siria…”
    
El pretexto son… las armas de gas, una cosa que puede discutirse en serio, como hace Peter Sloterdijk en “Temblores del aire”: “El siglo veinte quedó inaugurado de modo espectacular el 22 de abril de 1915 con el primer uso masivo de gas clórico como recurso bélico en manos de un ‘Regimiento de Gas’ de la armada alemana apostado en el saliente norte de Yprés.” O en parodia (aún más cruel), como hace Al Swearengen en “Deadwood” (la serie de TV), cuando, encerrado en su garito con sus comadrejas, EB Farnum se pee, provocando la ira del “jodido inglés”.

    –Pero la Onu… ¿Qué dice la Onu?

    Mientras todo parezca un accidente, nadie pedirá el papel de barba de la Onu, sin el cual la guerra es “Inmoral, Ilegal, Ilegítima e Injusta”, como la del “trío asesino” de las Azores.
    
Además, Paul Bremer, el dominguero que Bush envió de gobernador de Iraq vestido con un traje de Emidio Tucci y las “tenis” de Emilio Aragón, ha pedido por carta mano dura a Obama, el hombre de la Paz y la Sanidad, con lo que las sirias podrán cantar que se hacen tirabuzones con las bombas que les tiren los neocones.

    Oiremos muchas arengas. Ni caso. Escuchemos a Canetti:

    –En el mundo actual sería más difícil condenar públicamente a la hoguera a un único hombre que desencadenar una guerra mundial.