jueves, 29 de agosto de 2013

En Hollywood, ante la estatua en bronce de John Wayne

 Warner Bros

José Ramón Márquez

Y hoy el cine, o mejor el show business, que me parece que el cine nos ha acompañado durante todo el viaje. De los tres grandes estudios, de los clásicos, la Universal Pictures, la Metro Goldwin Mayer y la Warner Bros, uno ha sido siempre, sin desmerecer a las otras, de la Warner, que es la que hizo Casablanca, la que dio al mundo al Pato Lucas y la que produjo el primer film sonoro, ‘El cantor de Jazz’.

En Burbank, bajo el característico depósito de agua con la W y la B pintadas, están los estudios de los que ya salen más series para la televisión que películas, que lo del cine, incluso aquí, parece que no acaba de irse arriba y el negocio está cambiando.

Ya me lo decía el otro día un joven en un supermercado. Estaba ojeando una película de Vin Diesel, de las que tenían en un expositor al lado de la caja, y el chico, mientras iba echando los productos a la bolsa, suelta:

-No la compres, descárgatela.

Acaso fuese un frustrado aspirante a actor que tomaba venganza contra un mundo que le había sido vedado, pero más bien parece que su opinión era el signo de los tiempos.

Mientras que los de Universal tienen montado una especie de parque de atracciones basado en películas, los de Warner enseñan el estudio. Te montas en un carrito y te pasean durante un par de horas por entre los decorados, los platós, los talleres y las oficinas y tú te imaginas que por aquellas puertas entraron Humphrey Bogart o Lauren Bacall o James Dean o Alfred Hitchcok o Douglas Sirk. A la puerta de los platós hay colocada una placa en la que dice en qué año se construyó y qué películas se rodaron ahí, y marea ver esas listas y pensar que de allí salieron todas aquellas cintas que nos alegraron la infancia y la adolescencia de sesiones dobles, y en lo distintas que eran las películas que veíamos, sucias, llenas de cortes y de rayas en los finales de los rollos, fruto de tantos y tantos pases, de los productos que habían salido de aquí al mundo y para el mundo, que no creo que los que hicieron El Grupo Salvaje pensasen que su cinta iba a acabar en el cine Ideal de Leganés. El western declina con el cine y en Warner hace años que demolieron la Laramie Street, que era el trozo de decorado que, convenientemente retocado, sirvió para tantas películas. Ahora los decorados representan genéricamente a la América más o menos contemporánea, tipo medio oeste con su iglesia mormona, tipo Nueva York o Chicago o bien tipo sureño, ahí están puestos para que los usen, y cuando pasamos los están usando los de El Mentalista, precisamente, que andan acarreando atrezzo desde un camión a una de las casitas.

A la salida, al lado del aparcamiento, un griterío, y es que están los de Avenger Sevenfold dando una rueda de prensa al aire libre, que presentan su nuevo disco. Todos los asistentes llevan la canónica camiseta negra con diversos motivos, que ya se sabe que ése es el color que distingue al heavy metal pata negra.

De Warner nos vamos a Hollywood Boulevard, al Teatro Chino y al Dolby Theater, que está al lado. Alrededor de estos lugares tan famosos a costa de los Oscar hay decenas de personas tratando de convencerte para que hagas un tour que te llevará a ver por fuera las casas de los famosos y algunos lugares donde se rodaron escenas de filmes. Buscamos entre las estrellas del suelo la de Charles Champlin, el Oti Rodríguez Marchante de la crítica norteamericana, y la de Chuck Norris, cuya estrella ya estaba ahí puesta muchísimo antes de que se construyese Hollywood.

Y luego, por seguir este paseo de ilusión, vamos a Rodeo Drive, a hincharnos a ver Ferraris, Rolls Royce, Masserati y Lamborghini. Las tiendas elegantísimas esperan la llegada de alguna pretty woman, pero la verdad es que sólo se ve cargadas de bolsas a not so pretty womans de aspecto así como árabe.

Un poco más allá, en Wilshire Boulevard, está la estatua en bronce de John Wayne a lomos de un caballo algo enano. Es, como si dijésemos, la versión gringa de la estatua de El Espartero de la calle de Alcalá, sólo que sabemos muchas más cosas de la vida y milagros de The Duke que de la del Príncipe de Vergara.



 Decorado

 Estudio

 Gran Gatsby

 Gran Torino

 Austin Powers

 Atrezzo

 Plató número 11
Casablanca y Gigante

 Gloria Swanson

 Champlinas

 D.W. Griffith

 Avenged Sevenfold

 John Wayne I

 John Wayne II

Beatles toreros