sábado, 17 de agosto de 2013

"Todo el viaje tan largo que hemos hecho era para ver esto..."

 Aguas del Este y del Oeste

José Ramón Márquez

 Ayer Yellowstone por la fauna y la geología y hoy por la cosa termal. Yellowstone está colocado sobre un volcán y por eso las vulcanologías afloran por doquier en forma de fumarolas, geiseres o barros borboteantes. Todas esas cosas que tanto preocupan a Juan Pérez Mercader, esas bacterias que viven donde nada debería vivir y con las que trabaja Juan, que se conoce Marte como la palma de la mano, están ahí a la vista de los visitantes legos en Astrobiología, y allí donde el científico ve la posibilidad de llevar vida al cuarto planeta del Sistema Solar, los demás tan sólo vemos unas fascinantes formaciones minerales, unos sorprendentes colores y unos paisajes de desolado atractivo. 

De todas las vulcanologías, la más famosa es, probablemente, Old Faithful, un géiser puntual que cada hora, minuto arriba, minuto abajo, levanta el agua y suelta su vapor ante la mirada de miles de personas que se sitúan en unos banquitos dispuestos para tal fin y que se encuentran rodeando al géiser, guardando la distancia de seguridad. Lo de Old Faithful es como ir a El Corte Inglés la tarde del 5 de enero, dada la puntualidad del Viejo Fiel, todo el mundo sabe a qué hora hay que estar allí; luego, cuando empiezan los preliminares y comienza a salir vapor de agua y agua caliente, cada una de esas erupciones es saludada con gritos de sorpresa por la multitud y cuando termina la actividad hay algunos aplausos y una horda sale disparada a por sus autos, a buscar otra cosa. Posiblemente la otra cosa más buscada sea la Gran Fuente Prismática de agua hirviente y cuyos bordes son de vivos colores rojo y naranja y su centro es azul.

Un padre español se lo explicaba a sus hijos, de siete y nueve años:

-Todo el viaje tan largo que hemos hecho era para ver esto...

Después, saliendo por el sur, se atraviesa el Parque Nacional Grand Teton, flanqueado por las montañas del mismo nombre, altos picos que llegan a superar los 4.000 metros y cuyo nombre proviene de la palabra 'teta' dicha en francés. Esta era tierra de tramperos y hombres solitarios y sus ensoñaciones, por lo que se ve, se transportaron a la denominación de las cosas.
Uno de aquellos tramperos, Davey Jackson, que anduvo por estos andurriales cazando castores, castores con los que hacer castoreños, para la Compañía de Pieles de las Montañas Rocosas, prestó su nombre al pueblo donde terminamos la jornada: Jackson Hole. Si Cody era el lejano oeste, el de John Wayne y los tipos duros, Jackson Hole es el oeste en plan Bareback Mountain, es el pueblo con menor media de edad de Wyoming, lugar donde recalan artistas y locos de los deportes de montaña donde todo resulta la mar de progre, que por haber hasta hay un carril bici pintado con dos rayas paralelas en la calzada y casi tantos restaurantes que ofrecen sushi como los que ofrecen carne. Huímos del sushi y nos guarecemos en el The Gun Barrel, para que nos preparen un buffalo prime rib, que mañana salimos hacia Salt Lake City, la ciudad de los mormones.


 Neymar promenade

 All faithfull

 Nature defender

 She and he

 Gran Teton al fondo

 Rancho

 Cow boys

 Sushi

Bisonte en la parrilla