Francisco Javier Gómez Izquierdo
En la casa del pueblo duerme una guía para conductores de carros y ganado que la Jefatura Central de Tráfico dependiente del Ministerio de la Gobernación sacó a principios de los 60. La redacción de las normas y su acompañamiento ilustrativo "lo entiende hasta el más tonto" como dice el gran Paco. En uno de los dibujos creí ver hace unos meses la realidad de mi Burgos y mi Córdoba.
En la página de la explicación del paso a nivel sin barreras aparece la vía invadida por la osadía de... pongamos un 1.500 metalizado al que el tren amenaza con arrollar. Al otro lado se ve un carro prudente parado en espera de que pase la evidente amenaza del rectilíneo rival.
El 1.500 sería el Córdoba, confiado en su potencia de vanguardia y un tanto negligente en la parte trasera del vehículo, a menudo topeteada por tan vistosona exposición ante rivales veedores de tan insólita coquetería. Pedía servidor ayuda para Isma Ruiz en el centro del campo y se ve que Iván Ania por fin ha creído que Requena puede y debe jugar como apuntábamos desde aquí, al tiempo que el coloso Adrián Fuentes arrebata definitivamente el 9 a Guardiola con la general aprobación de la hinchada. Van tres partidos que el vehículo parece fiable, pues este domingo se ha ganado a un buen Ceuta con cierta autoridad. J. J. Romero es un buen entrenador y creo que va a mantener en segunda al equipo de los caballas. Me ha gustado el equipo y ver como han progresado viejos conocidos como el Kuki Salazar, el serio Bodiger y el pequeño y todo casta Matos con su cara de mala leche que merecieron algún gol, pero el 2-0 ha sido concluyente y demoledor.
El carro de la guía sería un Burgos, quieto, tranquilo, en espera de cuando toque. Los locutores riñen al Burgos con disimulo: "necesita pocos acercamientos", "no le gusta el balón", "tiene una y la mete" y ¡¡cómo no!!, "bloque bajo".
El sábado en Butarque, Aitor Córdoba regaló el 1-0 (si no ha visto el gol, véalo y asómbrese) a los locales, pero al poco, Fer Niño y luego Atienza, auténtico carretero conocedor de todos los baches en las carreteras de segunda, dieron la vuelta al marcador sin que el Leganés, un supuesto bólido, pareciera más que el carro burgalés, hasta el final del partido.
Se repite jornada propicia para mis dos equipos, quedando servidor a la espera de que ambos continúen con la compactación de líneas que parece van encontrando Ramis, en modo carretero más que prudente, e Iván Ania, al que parece se le ha atemperado un tanto los aires de piloto.

