Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Si la partidocracia no es tonta, el pastel ya estará cocinado: una España federal (?), y que vean en el mundo lo que somos capaces de hacer en una lonja con el Derecho.
Una España federal (¿a lo Proudhon, a lo Hamilton o a lo Cebrián?) en que “federal” no será sino la palabra mágica para disimular la exención fiscal de Cataluña a cambio de que otra generación de Resto de Españoles siga jugando con el Barça.
En un debate sobre lógica en la BBC entre el padre Copleston y el filósofo Ayer, cuya lectura recomiendo porque no vamos a discutir de otra cosa en mucho tiempo, mareado por los juegos de palabras del padre, explota el filósofo:
–Suponga, padre, que digo “Hay un drógulus allí”, y usted dice “¿Qué?”, y yo replico “Drógulus”, y usted pregunta “¿Qué es un drógulus?”. Bueno, digo yo, no puedo describir lo que es un drógulus porque no es la clase de cosa que usted pueda ver ni tocar, no tiene efectos físicos de ninguna clase, sino que es un ser incorpóreo. Y usted dice “Bien, ¿cómo puedo decir si está allí o no?” y le contesto “No hay forma de decirlo. Todo sigue justo igual esté allí o no. Pero el caso es que está allí. Hay un drógulus justo detrás de usted, espiritualmente detrás de usted.” ¿Tiene eso sentido?
El drógulus de España será “lo federal”, ya aceptado que en 1714 la Legión de Millán Astray interrumpió un rondo que los abuelos de Guardiola estaban jugando en La Masía.
Este drógulus nos lo traen las peñas del “derecho a decidir” lo indecidible: las del derecho lo tienen los catalanes y las del derecho lo tienen, juntos, todos los españoles, pero sin explicar por qué.
Prodigios del drógulus: la fiscalía pasa de cautelas con el chico de los Pujol (no ha tenido ni que guarecerse en el garaje de Gallardón) y el jefe de la Esquerra llama a saltarse la ley cuando el juez no puede hincarle el diente, ocupado con la canilla de Aguirre, rea de desobediencia… a un agente de movilidad.
–Hay un drógulus justo detrás de usted.
Septiembre, 2014