lunes, 22 de noviembre de 2021

Noviembre


 


 

Francisco Javier Gómez Izquierdo


       Los hijos educados a la antigua creemos que nos corresponden ciertas obligaciones y procuramos atender a los venerables padres como mejor podemos. A tales menesteres he dedicado lo que llevamos de este noviembre recordador de difuntos en los que la madre nonagenaria sigue estable con su "...cuidaos y disfrutad, que lo malo vendrá".  Los paseos por las orillas del Vena y el Arlanzón, la peste que mata, la edad y el entrañable frío que tanto añoro los julios cordobeses nos empujan al Gaitu y servidor, entre apesadumbrados por lo que vemos y contentos por encontrarnos cada poco, a repasar la lista de los amigos y la deriva del fútbol al que ni somos capaces ni tenemos ganas de renunciar.
     

Durante las dos o tres horas de caminata a ritmo, convenimos en que ya no hay selecciones fuertes. Si acaso Francia, pero nuestras naturales exigencias achacan debilidad en su defensa, Alemania no intimida como el Bayern, tampoco Inglaterra como sus clubes, e Italia... al triste nivel del resto de las de fama.  En la selección española cuentan poco los futbolistas por tan intercambiables y sujetos a novedades extravagantes. Se han consolidado los arrebatos decisorios de Luis Enrique y los aficionados estamos sumidos en la incertidumbre de si la propuesta del día es genial o simplona. Luis Enrique, a pesar de caer mal a todo quisque, juega con la ventaja de que "sabe de fútbol más que todos" y por eso es capaz de apañarse con lo que hay y lo que va quedando sin lesionarse. No es poca cosa, no crean.
    

Vemos al Madrid campeón de Liga en marzo como dice mi cuñado y sólo consideramos rival al Atleti si espabila y encaja lo de los tres centrales que es moda que se lleva mucho y que nos gusta muy poco a los dos. Aplaudimos la casta y el juego de la Real, esperamos más del Villarreal que pierde puntos por errores impropios de primera división (Rulli en ésta última jornada sin ir más lejos), del Sevilla que tiene un equipazo o del Valencia de Bordalás del que no entendemos cómo mantiene a Diakhaby en la titularidad.
    

El Gaitu no va a El Plantío porque sufre con el frío. Dice que tiene tantas "maluras" por los fríos que pasamos cuando nevaba y helaba como Dios manda... y que encima el Burgos juega mal, no hay equipo, y si no descendemos será de milagro. Le reprocho que haya renunciado a nuestra segunda catedral, pero es cierto que el equipo deja mucho que desear. El problema es que está mediatizado por la catastrófica gestión económica de la familia Casselli, gracias a Dios fuera del club, y Michu, ídolo de Haaland, no puede fichar a nadie. Confiamos en mantenernos y que la temporada que viene tengamos mayor margen de gasto.
    

Del Córdoba no le digo nada porque poca cosa hay que decir hasta que subamos a la Segunda B que ahora se llama 1ªRFEF. Mañana jugamos contra el Guijuelo el título del fútbol modesto: la copa Federación que el año pasado ganó la Llagostera y el anterior el Real Murcia. Es título éste, como las peladillas de las bodas antiguas, creado para contentar a las más inocentes criaturas. Llego a Córdoba y la afición está entusiasmada. Me encargan que saque entradas con mi carnet de abonado y dicen que andan ya por 12.000 los que acudirán a El Arcángel mañana. ¡Oye, habrá que ir!