Chivolito
[Foto de Alberto Salcedo Ramos]
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Carlos Bardem, comediante de Estado durante la pandemia, es el Chivolito de España.
Chivolito es un personaje colombiano reporteado por Alberto Salcedo Ramos cuando llevaba cincuenta años contando chistes en los velorios de Barranquilla.
–Llega al velorio de noche. Les da el pésame a los deudos y se sienta un rato en la sala, al lado del ataúd. Luego se va para el patio y comienza su función. Como conocen su repertorio, le van haciendo peticiones en voz alta. “¡Echa el del man que tenía dos próstatas!”, le grita un calvo de bigote frondoso. “Nombeeee, es mejor el del viagra pediátrico”, exclama un vendedor callejero de butifarras. “Cuenta el de los esposos que se detestaban”, propone un anciano desdentado. Ellos ignoran que, al recordarle a Chivolito sus propios chistes, lo ayudan a combatir los estragos de su memoria, y a seguir vigente a los 78 años.
Se llama Salomón Noriega Cuesta, pero le dicen Chivolito por una verruga en la frente. Bardem tiene de Chivolito lo de contar chistes en un velorio, el gran velorio que hoy es España, pero carece de la gracia de Chivolito. Carlos no tuvo la suerte de su hermano Javier, que iba a cenar a Casa Salvador y conoció a Julian Schnabel devorando merluza, que lo apadrinó. Carlos va de actor, y, cosas de la paradoja de Diderot, se cree Ian McShane haciendo de Al Swearengen que pone copas en “Deadwood”, sólo que, como en España no hay cultura, tiene que colocarse de activista para mantener su nombre en el cartel. Como Echanove, un sir John Gielgud que es malo hasta pidiendo.
–Yo no tengo la culpa de que la trombosis ande suelta por las calles buscando empleo –se excusaba Chivolito con el reportero, y contaba otro: “Un monstruo se casó con una monstrua. Una noche el monstruo llegó a la casa con tremenda borrachera. Y le dijo a la monstrua: bueno, mi amor, vamos a acostarnos, que vengo con muchas ganas de hacerte monstruosidades. Y la monstrua: ñerda, papi, hoy no se va a poder, porque tengo la monstruación.”
Chivolito
[Foto de Alberto Salcedo Ramos]