viernes, 14 de febrero de 2020

Perplejos



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    A los descarriados que levantan la ceja porque los políticos que negocian la coalición del Centro y la Derecha están más al partido que a la Nación hay que darles la guía de perplejos de Maimónides.
    
Vivimos, que es un morir, en un Estado de Partidos, que sustituye doctrinalmente la representación por la identificación. El Real Madrid no me representa, pero me identifico con él. Todos los partidos son estatales (viven de, por y para el Estado), con lo cual están incapacitados para “intermediar” entre la Nación y el Estado. Políticamente, ¿para qué sirve esto? Según los doctrinarios que nos impusieron el Sistema, para la integración de las masas en el Estado.

    Sólo hay que darse una vuelta por el Estado para comprobar, por las pintas, que, en efecto, las masas están integradas en el Estado mediante el consenso o reparto del botín, en la terminología de Ortega en la Comedia. Éste fue el consenso setentayochista, que ha degenerado (pura lógica constitucional) en el actual consenso separatista, donde Marlaska, que fue juez y ahora es ministro de los palos, invita a Bildu en el Parlamento a “consenso enriquecido” contra la Guardia Civil.
    
El anacronismo de Vox está en hacerse fuerte en el primer consenso, el setentayochista, muerto y enterrado por las “fuerzas de progreso”. El PP tiene un pie en el setentayochista (Álvarez de Toledo, que recita a Victoria Prego), y el otro, en el separatista (esos Fernández tan amables que quieren soltar a los presos), lo que explica el “Split” (apertura de piernas) de Casado en el ballet partidocrático.
    
La misma Trampa 22 que atrapa a Bale con el Madrid, atrapa al pepero con España: ningún españolista querría participar en misiones separatistas, pero quien pidiera permiso para no participar en misiones separatistas alegando locura, demostraría estar cuerdo, y por lo tanto en condiciones de participar.
    
Murphy lo llamó teorema de Ginsberg: usted no puede ganar; tampoco puede empatar; ni siquiera puede abandonar el juego.