Maura en la urna
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
No tenemos gobierno, pero nos queda la gobernanza, que no es lo mismo, como creen nuestros analistas.
Gobierno es, por ejemplo, Churchill, y gobernanza, la señora Danvers (Judith Anderson) de “Rebeca”, que era el puesto que Sánchez jugaba a ofrecerle a Irene Montero, para delicia nuestra. ¡Ama de llaves!
–Eché la llave:/ Mira por quién deviene/ Amo de llaves –juguetea Ullán.
Este ludismo para luditas en pantalón corto, que es lo que son hoy los españoles, es propio del Estado de Partidos, donde todo es mentira menos lo malo. La política como teatrillo: una sombra en marcha; un mal actor que se pavonea y se agita una hora en el escenario; un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que nada significa. Ahora le toca masonear/manosear a Macron (¡doña Manolita la Pastelera!), que tiene su casa manga por hombro, pero que quiere arreglar la nuestra con una collera Sánchez-Rivera contra el fascismo. ¡Ni en Gandía va a estar nadie a salvo de ese tabarrón!
Macron manda en España como Zidane, su votante, en el Madrid, y el españolejo disfruta del espectáculo porque abriga la ilusión de jugar un partido, nada más que uno, en el Bernabéu y de gobernar veinticuatro horas, nada más que veinticuatro horas, en La Moncloa.
–Si a mí me dejaran gobernar nada más que veinticuatro horas…
Pero no le dejan. Y por eso aquella boutade de Maura (el de “¡Maura, no!”):
–Que gobiernen los que no dejan gobernar.
Se refería a los militares junteros, que ya no hay, mas para el caso es lo mismo. A Maura lo vetaban los liberalios de entonces, que no eran ni la mitad de tontos que los de hoy, y a Sánchez, la “constitución material” de España (la que la hace irrompible), que algún día habrá que hablar de ella.
–De poco se asombra usted –bromea Maura con uno de sus biógrafos–. Aquí, donde usted me ve, yo he sido separatista, ladrón y asesino.
Bromear, bromeaba, pero suyas fueron la idea de las Mancomunidades y la concesión de la Gran Cruz la Católica… a Prat de la Riba. En el Día de los Abuelos, hay que recordar estas cosas del Abuelo (“l’Avi?”) de... la derecha española.