Valle de Esteban
-Los compases iniciales y el martilleante accelerando de Je ne regrette rien de Edith Piaf (el texto es infantil, la melodía estentórea y la política suscrita por la canción poco atractiva) seducen todos mis nervios, me llegan hasta el hueso como una quemadura fría y arrastran la razón hasta sabe Dios qué infidelidades cada vez que oigo la canción, y cuando la oigo, inesperada y recurrente, en mi interior.
George Steiner