¡Oh, ciudad de los gitanos!
La Guardia Civil se aleja
por un túnel de silencio
mientras las llamas te cercan.
¡Oh, ciudad de los gitanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Que te busquen en mi frente,
juego de luna y arena.
Federico García Lorca
LOS QUE VAN A MORIR, TE SALUDAN
Dos farsantes en apuros: Obama, que puede perder la guerra de Afganistán, mete en casa, que es la Casa Blanca, a Zapatero, que puede perder las elecciones de España. Obama confiesa que no sabe hablar austríaco (sic), y Zapatero demuestra que no sabe hablar inglés. ¿Nadie se ha parado a pensar que podemos estar siendo víctimas de las malas traducciones de ese intérprete que como mosca en la sopa arrastra por el mundo el Mugabe de León? En los cuarteles de España y América, a la vista de la foto de los farsantes en apuros, los soldados desconocidos -y los guardias civiles prometidos- ya pueden gritar: "¡Ave, César!¡Los que van a morir te saludan!" Aunque mueran en secreto, como dicen que en los restaurantes mueren los chinos.
Ignacio Ruiz Quintano
La Guardia Civil se aleja
por un túnel de silencio
mientras las llamas te cercan.
¡Oh, ciudad de los gitanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Que te busquen en mi frente,
juego de luna y arena.
Federico García Lorca
LOS QUE VAN A MORIR, TE SALUDAN
Dos farsantes en apuros: Obama, que puede perder la guerra de Afganistán, mete en casa, que es la Casa Blanca, a Zapatero, que puede perder las elecciones de España. Obama confiesa que no sabe hablar austríaco (sic), y Zapatero demuestra que no sabe hablar inglés. ¿Nadie se ha parado a pensar que podemos estar siendo víctimas de las malas traducciones de ese intérprete que como mosca en la sopa arrastra por el mundo el Mugabe de León? En los cuarteles de España y América, a la vista de la foto de los farsantes en apuros, los soldados desconocidos -y los guardias civiles prometidos- ya pueden gritar: "¡Ave, César!¡Los que van a morir te saludan!" Aunque mueran en secreto, como dicen que en los restaurantes mueren los chinos.
Ignacio Ruiz Quintano