PATO Y MORANTE
Madrid-Milan, Milan-Madrid. Dieciséis copas de Europa en una sola noche. Y el Milan de Pato le pintó la cara al Madrid de Raúl en el Bernabéu, donde el Madrid sólo fue Raúl, y el Milan, Pato.
Pato es el jugador número 7 del Milan y tiene cara de Morante -el de La Puebla-, pero cuando Morante era un pipiolo e iba por esos pueblos cerrando el cartel de Joselito Arroyo y José Tomás.
-Si ves a Tomás -diría Ojeda, con más razón que un santo-, dile que yo me arrimaba más y me manchaba menos.
Cuando Morante tenía cara de Pato, era mejor torero que ahora: no pegaba aletazos -verónicas sin toro- y tampoco ponía el mentón en conversación con el esternón para arancar oles pazguatos. Anoche, viendo a Pato en el césped del Bernabéu haciénodole goles a Casillas como el que roba bolsos a las viejas, me acordé de Morante y, sin darme cuenta, le dije a mi vecino: "A ese Pato sólo le falta el Lili." En el Milan, el Lili era Gattuso.
Ignacio Ruiz Quintano
Madrid-Milan, Milan-Madrid. Dieciséis copas de Europa en una sola noche. Y el Milan de Pato le pintó la cara al Madrid de Raúl en el Bernabéu, donde el Madrid sólo fue Raúl, y el Milan, Pato.
Pato es el jugador número 7 del Milan y tiene cara de Morante -el de La Puebla-, pero cuando Morante era un pipiolo e iba por esos pueblos cerrando el cartel de Joselito Arroyo y José Tomás.
-Si ves a Tomás -diría Ojeda, con más razón que un santo-, dile que yo me arrimaba más y me manchaba menos.
Cuando Morante tenía cara de Pato, era mejor torero que ahora: no pegaba aletazos -verónicas sin toro- y tampoco ponía el mentón en conversación con el esternón para arancar oles pazguatos. Anoche, viendo a Pato en el césped del Bernabéu haciénodole goles a Casillas como el que roba bolsos a las viejas, me acordé de Morante y, sin darme cuenta, le dije a mi vecino: "A ese Pato sólo le falta el Lili." En el Milan, el Lili era Gattuso.
Ignacio Ruiz Quintano