martes, 30 de septiembre de 2025

Los que servimos


Antonio García-Trevijano


Ignacio Ruiz Quintano

Abc


Se oye algún que otro carraspeo porque Piñeiro, un almirante español, opina que su Armada no está para combatir a los cayucos del tráfico de mozos africanos con destino a la Europa que quiere conquistar Rusia, y que de estar a algo, está para ayudar (a los cayucos, no a la conquista de Rusia).


¬¿Es el ganso que alerta de los moros el que decide qué es un moro? ¬se preguntó Peter Sloterdijk cuando los revistosos del puchero, azuzados por Habermas, se arrogaban en Alemania las funciones de los gansos capitolinos.


De nuestro almirante sabemos que lo es porque lleva corbata negra, como todos los almirantes del mundo desde que la Marina inglesa, modelo de las demás, decidió un día llevarla como luto por Nelson. El ministro de Memoria Democrática (dado que en España no ha habido jamás democracia, su animal totémico sería el elefante de Aníbal) pordiosea un Nobel de la Paz para su jefe Sánchez y el almirante pone su Armada a disposición de los cayucos en el Mediterráneo (en el Atlántico sería ya osa de la Otan, previa activación de su artículo quinto). ¿Cómo hemos llegado, se preguntan los de los carraspeos, de Blas de Lezo a Antonio Piñeiro?


¬Pues degenerando, degenerando ¬fue la eplicación de Juan Belmonte cuando le preguntaron cómo su banderillero Miranda había llegado a gobernador civil de Huelva.


Y no pasemos por alto la proverbial inclinación del español a servir. Casi totas las naciones proceden de generaciones de esclavos, dejó dicho Trevijano, que dedicó muchos años a estudiar el asunto, y la española es ya, a estas alturas de la historia, “un gran sedimento de genes apocados, desleales y acomodaticios, que ha sido rigurosamente seleccionado con una eliminación sistemática y constante de los genes más intrépidos, leales y emprendedores: guerras de reconquista, expulsión de judíos y moriscos, conquista y colonización de América, guerras de religión, guerras civiles, emigraciones en busca de fortuna, exiliados políticos, represión, emigraciones laborales, fuga de cerebros”…


¬Al lado de tal máquina de producir docilidad política en los que quedan, cuán artesano parece el método que Anquises aconsejó a Eneas para asegurar la futura grandeza de Roma a costa de la servidumbre voluntaria del pueblo: “Tú, romano, acuérdate de tratar con cuidado a tus obedientes sujetos y de abatir a los rebeldes orgullosos”.


Trevijano quiso creer en el milagro de que aún nos quedara algún resto de valor y de orgullo para decir no a la sumisión política en el régimen de servidumbre voluntaria que nos impone el Estado de partidos. ¿Por qué el pueblo, pudiendo impedirlo, tolera el despotismo iletrado y la corrupción de la “partitocracia”? Sin personas genéticamente obedientes, la servidumbre voluntaria sería imposible. Se obedece a quien los demás obedecen. Sobre todo, a quien obedecen los que tienen reputación de ser poderosos. La obediencia tiene el mismo contagio epidémico que el miedo.


[Martes, 23 de Septiembre]

Córdoba y Burgos por San Miguel

San Miguel. Iglesia de la Santa Cruz. Sevilla


Francisco Javier Gómez Izquierdo


   A las dos el Córdoba y a las cuatro el Burgos es ocasión que me pilló en Sevilla, lugar siempre alegre y optimista sin fingimiento ni afectación, porque el hijo invitó a la madre al "choque de trenes" en la Maestranza, conforme ponía ayer en el Diario. Mientras comemos en casa nos cabreamos con nuestro Córdoba viéndolo a merced de una Real Sociedad B juvenil y bulliciosa pero falta de consistencia.


  De cómo Guardiola se marca en propia meta, cuando se le contrató para hacer goles en las rivales, es difícil explicar. ¿Cómo se cubre el primer palo con el cuerpo en un córner? Pues le da el balón en el pecho y entra junto al poste. Maguregui lo hubiera cambiado al instante. El gol de dejar sola la era de cada jornada quedó en penaltito al notar un roce el delantero corredor pero lo falló el bueno del Sanse, Peru Rodríguez, o lo paró Iker Álvarez, joven que ha desplazado al eterno Carlos Marín. Este lance acobardó a los donostiarras y como Ania puso por fin a Dalisson (lleva lesionado desde el inicio de liga), jugador en quien servidor pone todas las esperanzas, el Córdoba mejoró y Dalisson se dio el gustazo de ejecutar un gol con mucho mérito con el que se pesca un solo punto donde había que haber recogido tres.


   Ya sin la familia me quedo con el Burgos de Ramis, entrenador abonado al oficio de aburrir desde la obsesión de mantener a cero la portería. (Todo lo contrario que Iván Ania, mosqueándome éste por adorno de más y Ramis por ausencia de detalles.) El Málaga marcó a los diez minutos y a Ramis no se le veía reacción ante el contratiempo, pero Appin ya está en forma y supo aprovechar la blandura y desatención en la que peca un equipo que apurado por la necesidad no le queda más remedio que confiar en la cantera. Así fue también el segundo de Miguel que sentenciaba el partido dándome la sensación tras el programa doble que tanto Sanse como Málaga pasarán apuros pero los boquerones tienen peloteros imprevisibles; técnicos, gambeteadores, anárquicos algunos, pero capaces de liarla a la sombra de un cardo, cualidades que no veo en los realistas con un previsible sota, caballo, rey.


   Me acerqué a esperar a la familia:"¡¡qué toros más malos!!" dijo mi Doña. "Infames", remató el hijo... Y aquí seguimos en Sevilla, este día de San Miguel al que he ido a visitar, en recuerdo de mis días de productor en la fábrica de Burgos de la cerveza que lleva su nombre. Tal día como hoy nos daban una paga extra por lo que lo tengo como día propicio.

Martes, 30 de Septiembre


 

La chair est triste, hélas ! et j’ai lu tous les livres

lunes, 29 de septiembre de 2025

Jarabe de banquillo

Ginger y Fred


Ignacio Ruiz Quintano

Abc


El cutrerío español es insondable, y los ideólogos del piperío ronceril han dado con la tecla de su nueva fenomenología del Espíritu: el jarabe de banquillo. Primero pitada, y después banquillo. No hay un solo tonto de ese mundillo que no presuma de haber inventado a Tchouaméni por el simple expediente de dedicarle una pitada en el Bernabéu, y los revistosos del puchero han establecido que hay un Tchouaméni tronco, el de antes de la pitada, y un Tchouaméni pulpo, el de después de la pitada. No explican por qué los árbitros cetáceos (del CTA de Negreira), siendo objeto cada día de unánimes pitadas bajo la lona del estadio, cada partido pitan peor, cuando, según la lógica deducida del caso Tchouaméni, el pobre Gil Manzano, un rústico venido a más, debería pitar como Clément Turpin, o el pobre Sánchez Martínez, un azor venido a menos que lleva en la cara otro abrelatas de berberechos como el de Oyarzábal, debería pitar como Michael Oliver.


Con Tchouaméni bastó, al parecer, con la pitada, pero con Vinicius, no. A instancias de las maras mediáticas, a Vinicius le pitaron en el Bernabéu, pero Vinicius seguía siendo el genio risón que jugaba a su aire y no marcaba a su carrilero, que es trabajo de futbolista-albañil. Entonces decidieron darle otra vuelta en el mueco, y lo sentenciaron al banquillo, con la colaboración de Xabi Alonso, que se juega pasar a la historia como el hombre que mató a Vinicius, con Roncero de John Ford. A Vinicius se le ve pereza (la pereza de levantarse en domingo y saber que por la tarde tienes que ir a tapar las subidas de Maffeo por tu banda), y a mí también me la daría. A Vinicius le han quitado la alegría (aquella alegría antigua que le entraba al español que se encontraba por la calle con Rafael el Gallo), que es algo que el cafrerío nacional no consiguió quitarle a Luiz Pereira. El serio, para los tontos, es Rodrygo, y la seriedad se la ganó, por lo visto, en la final de la Copa del Rey, antes de tomarse un verano sabático en busca de equipo, ya que por cien millones de euros nos lo quitaban de las manos. “Técnicamente, es superior a Vinicius”, es la coletilla que retrata al bobo de baba. Lo que pasa es que el adn (como diría un culé) madridista es el carácter, no la técnica (“conceto” reservado a la cultura de La Masía), y la técnica de Rodrygo no da ni para atarle una bota al carácter de Vinicius. Yo he visto a Vinicius hacer el gol de Charlot, pero ahora le piden que haga de fantasmón de Fran García, como si nacer en Río de Janeiro marcara lo mismo que hacerlo en Bolaños de Calatrava. Entre los árbitros del CTA, que creen que la gente paga por ir al estadio a ver la gracia de Don Benito que amerita Gil Manzano, y los entrenadores que creen que la gente paga por ir al estadio a ver correr a Fran García, el fútbol pierde “pellizco”, eso que Hemingway intentó definir, mal, en “El verano peligroso” ante una verónica de Ordóñez (“No es la impresión que provoca el llanto, sino la que hace que el cuello y el pecho se pongan en tensión y lo ojos se empañen al ver que algo que uno creía muerto y concluido vuelve a la vida en la propia presencia”). Las jugadas de Vinicius, que bien se hubiera merecido este hombre un Klopp. ¡Vinicius y Klopp! ¡Ginger y Fred!


Será una impresión, pero en el Madrid de Alonso “brillan” más Huijsen, Güler o Mbappé (jugadores con más técnica que carácter) que Valverde o Vinicius (jugadores con más carácter que técnica), y eso, cuando llegan las corridas toristas, se paga caro, según veremos. Para los que van por ahí pregonando a lo Manolo Morán (el actor) que Alonso ha inventado el fútbol, Valverde ya ha dejado caer que con el viejo estilo (el estilo del Madrid triunfador fue siempre que “los jugadores sean felices”) se ganaron Champions, mientras que con el nuevo habrá que ver. Tampoco hay que confundir equipo bonito con equipo bueno, y piperos hay que para justificar los bajones de juego, dado que la teoría no puede fallar, miran al techo del Bernabéu, que les falta aire. Mas todo sea por recuperar a Rodrygo.


[Sábado, 20 de Septiembre] 

Corrida Concurso de Ganaderías. Una pasarela del verdadero toro de lidia (y cuando el toro aparece las -inas salen corriendo). Márquez & Moore


Los 6 Toros









 JOSÉ RAMÓN MÁRQUEZ


En la parte superior del arco mudéjar que es la puerta grande de la plaza de toros de Las Ventas hay un cartel hecho de azulejos en el que pone la inscripción «Plaza de toros», que actualmente se encuentra tapado por unas lonas de ésas que ponen en los edificios cuando amenazan ruina. Los que colocaron aquel cartel, acaso el arquitecto Espeliú o vaya usted a saber quién, en vez de la palabra toros podían haber puesto otra palabra como caracoles o cabras pero decidieron poner la palabra toros porque el toro es el que da el sentido al espectáculo denominado «los toros». La corrida que se ha dado hoy en Madrid hace honor perfectamente al letrero en lo tocante a los toros, porque hoy hemos tenido la ocasión de ver una señora corrida, anunciada como corrida concurso de ganaderías, aunque lo mismo  podían haberla titulado pasarela venteña del toro de lidia. Antes de que todo se pervierta, y eso va a ocurrir a partir del próximo jueves cuando comience la Feria de Otoño 2025, y empiecen a salir por la puerta de chiqueros animales a los que la avidez de sus ganaderos o el cálculo interesado ha ido mermando de sus características más agresivas u ofensivas en aras de la creación de unos animales de comportamiento previsible cuya sola presencia en la plaza ya provoca el sopor; antes de ese déja-vu, la empresa ha querido programar una auténtica corrida de toros en la que seis galanes de diversas ganaderías han proclamado la inmutable verdad del toro de lidia, cada uno de ellos con sus personales características.

Para este festín del toro de Lidia se eligieron las ganaderías de Concha y Sierra, Palha, Partido de Resina, Murteira Grave, José Escolar y Rehuelga. De ellas la que acredita mayor antigüedad es la de Concha y Sierra, 1882, y la más moderna la de Rehuelga, 2007, Entre ellas puede decirse que está la historia íntegra de la ganadería brava. Hace mucho tiempo que no veíamos un toro de Concha y Sierra, acaso podemos recordar un novillo hará un par de años, pero el recuerdo mítico de esta ganadería es que no soltaba dos toros con la misma capa y que prácticamente no echaba toros negros. Bien es verdad que esta vacada ha sufrido innumerables vaivenes y parece casi un milagro que se mantenga esa preciosa divisa blanca gris plomo y negra después de tantas circunstancias como han rodeado la existencia de esta ganadería que incluso fue propiedad de un tal King Ranch, una sociedad norteamericana que se embarcó brevemente en la cría del toro bravo. El toro de Concha y Sierra se llamaba Mañiquito, número 28, y era de capa negra bragada y meana, badanudo y degollado, de gran presencia y seriedad, acaso un poco blando, aunque la protesta que se generó pareció excesiva. Muchos preferíamos ver al de Concha y Sierra que al sobrero. A su salida quiso hacer un guiño a su estirpe, a aquellos toros saltarines del siglo XIX, tratando sin éxito de meterse al callejón junto al burladero del 9. No fue un toro que plantease grandes problemas a su matador, salvo la seriedad de su presentación y que se tiraba más rato mirando al torero que a la muleta. En el caballo no dijo nada.

Al de Palha le esperábamos con ganas, recordando el juego de sus hermanos en la corrida con la que se inauguró la temporada en Las Ventas. Su nombre era Saltillo y su número el 341, su capa negra y listón, hondo y serio. Se arrancó con viveza y alegría al caballo montado por Carlos Prieto empujando con fuerza y vigor, sin cabecear, metiendo los riñones y dándonos la que probablemente haya sido la más emocionante suerte de varas de toda la temporada. El piquero agarro bien el puyazo y contuvo gallardamente la tremenda acometida del toro que a punto estuvo de echar abajo al jinete y a la montura, quedándose encelado bajo el peto sin que Miguelín Murillo viera la manera eficaz de sacar al toro de ahí mientras Prieto seguía defendiéndose a base de puya, haciendo de todo al toro y soliviantando a la cátedra, que finalmente estalló cuando el franco galope del toro a la segunda vara fue recibido con un feo marronazo trasero que acabo de desgraciarle. El de Palha no dio facilidades en banderillas donde se encontró con la solvencia acreditada de Ángel Otero que volvió a dejar las señas de su suficiencia. El toro duró poquísimo en la muleta debido al gran y pésimo castigo que había recibido en varas.

Excitado, número, 21 era el cárdeno que trajo a Madrid Partido de Resina. En dos domingos consecutivos hemos tenido la ocasión de contemplar cuatro toros de Partido de Resina en Las Ventas y llama la atención, frente a la uniformidad aburrida y tediosa de tantas y tantas ganaderías, cómo cada uno de los cuatro toros ha sido distinto en temperamento en comportamiento y en intenciones respecto de sus hermanos. El toro, largo y muy en el tipo de la casa, acudió por tres veces a la montura de Juan Manuel Sangüesa, entrando al relance la tercera, pero cumpliendo suficientemente en las tres. El animal demandaba distancia y Gómez del Pilar tuvo la generosidad de dársela, acaso también porque el toro no consentía las cercanías, aunque el coleta acabó embarrándose ante la embestida de este Excitado, que demandaba ante él a un torero de mayor alcance, porque las excelentes condiciones del toro necesitaban enfrente a un hombre de más claridad de ideas: este Excitado era un toro para encumbrar a un torero, un toro que nos llevó a recordar cómo desde Antonio Bienvenida hasta Antonio Ordóñez, César Girón  o Paco Camino se las han visto con este singular ganado al que en la actualidad dejan en manos de Sánchez Vara y otros «legionarios». Toro completísimo, con una espectacular muerte de pura bravura, que es uno de los mejores toros que se han lidiado en Las Ventas en esta temporada, que se fue haciendo dueño de la situación poco a poco, haciendo prevalecer su personalidad y la franqueza de su brava embestida. Fue despedido con una fuerte ovación y nos quedamos sin saber por qué don Roberto Gómez Guillén no estimó que podía sacar el pañuelo azul para que se le diera  la vuelta al ruedo.

Por parte de Murteira Grave compareció Pinanto, número 71, cuyo cuajo fue saludado con palmas de aprobación por el respetable y que resultó tan áspero y correoso como descastado.

José Escolar trajo desde Lanzahíta al cárdeno Consejero I, número 64, 485 kilos de señor toro para tapar las bocas de los que dicen que en Madrid sólo queremos mastodontes. Fino y de gran trapío y seriedad, cumplió en las dos varas que tomó y en el último tercio demostró cierta «bondad» que ni supo ni pudo aprovechar Javier Herrero. El hombre quiso parar al toro a base de verónicas, que es justamente lo que no demandan los toros de Escolar, y si no que se lo pregunten a Robleño, que es el que más sabe de esta ganadería. Digamos en su descargo que venía a Madrid con tres corridas el año pasado y sin apoderado y que el de Escolar no era ni mucho menos una monja de la Caridad.

Medianero, número 2, de capa cárdena clara y de astifinos pitones fue el toro de Rehuelga que puso punto final a la espléndida tarde de toros que se ha vivido hoy en Las Ventas. Entró por tres veces al caballo y llegó a la muleta con viveza y sin dar facilidades. La faena se desarrollaba por los senderos de lo vulgarcito hasta que, cuando menos se lo esperaba, el toro prendió a Gómez del Pilar y se hizo con él, dando la impresión de que le había calado. El madrileño no se amilanó y sacó lo mejor de su tarde en forma de naturales de frente, incrementada la emoción del pase con la viveza y la casta del toro. 

En cuanto a los toreros, Rubén Sanz vino a confirmar la alternativa que le dio El Juli en 2009 y a hacer su presentación en Madrid. Dio algunas pinceladas del arte que, según sus partidarios, atesora pero la principal imagen que dejó fue la de su bisoñez. Javier Herrero planteó dos trasteos largos y sin un plan muy definido. Gómez del Pilar es el único que se dio cuenta de que estaba en una corrida concurso y trató a sus oponentes con arreglo a esa premisa. Su primero el de Partido de Resina puso en evidencia sus carencias frente a un gran toro y en su segundo justificó el cartel que tiene frente a corridas de las duras. 

En tres domingos consecutivos, con el toro como protagonista, nadie ha tenido la ocurrencia de andar pegando chicuelinas, pases cambiados por la espalda, manoletinas o cualquier otro pase o lance acabado en -ina. Se ve que cuando el toro aparece, las -inas salen corriendo.





ANDREW MOORE













FIN


Lunes, 29 de Septiembre

 



Cementerio de Villaconejos

domingo, 28 de septiembre de 2025

Hughes. Atlético, 5-Real Madrid, 2. El paciente vuelve a la UVI

Hughes

Pura Golosina Deportiva


 
La salida del Madrid al campo excitaba el narcisismo canoro de la afición rival. “Un mito, una fe”. Palabras rimbombantes.

En el túnel de vestuarios se escuchaba el “vamo, vamo, vamo” que si sonara “vamos” ya no sería lo mismo. Pero peor era lo de Zamorano en la tele, que decía “Vinisio” en lugar de Vinicius.

El Madrid salía sin Mastantuono y a mí eso me entristeció. Tuve una sensación de rutina, de más lentejas...

¡Me quitaban la ilusión!

En el palco, Cerezo y Flo. Y siempre que vemos a Cerezo pensamos en el peluquero de Cerezo...

El Cholo, como siempre, de luto por el fútbol.

El PSG le metió cuatro al Madrid en el Mundial de Clubes y el Atlético le ha metido cinco. Entre medias han pasado cosas buenas, pero cinco goles son suficientes para no quitarle al paciente el ojo de encima. No sale de la UVI el Madrid.

El partido no empezaba con la presión del Madrid sino con la local.

Militao, en corrección de error, se llevó la patada que Sorloth iba a darle al balón y se lesionó, lo que tarde o temprano conduciría a Asencio. Viejas sensaciones.

A los ocho minutos, lo anoté, el Madrid asomó su presión, sacó su garrita pero se fue como una nubecilla otoñal, y el Atlético, como en un pulso cuando se vence la muñeca del otro, tomó la iniciativa riñonera.

El 1-0 llegó con un balón al área que remató Le Normand sobre todos los blancos. No hubo una gran elaboración.

El juego aéreo fue un desastre para el Madrid, pero había algo más. Se sentía un vacío en el origen, en la salida, muy parecido al del año pasado. Güler estaba a la derecha, Bellingham a la izquierda, más arriba, y la sensación era ancelottista. Una perplejidad, una orfandad. Mucho nombre: Tchouaméni, Valverde, Bellingham, pero algo faltaba...

El Atlético era mucho más agresivo. Simeone consigue somatizar a su equipo, hacerlo cuerpo suyo, extensión maniática y eso le faltaba al Madrid, que aun no tenía la redondez orgánica.

Courtois salvó alguna ocasión clara, todas por balones directos que desnudaban muy rápido al Madrid. Carreras y Huijsen demostraban su juventud, su mucha bisoñez. Jugadores lácteos y sin tatuajes

Pero el Madrid se rehizo de un modo espectacular. Mbappé cogió la pelota y se organizó una pared con el único que habla su francés, Arda, que le devolvió un pase a la carrera, al espacio, que Mbappé, flechado y directo, coló ajustadísimo con un tiro perfecto. Un gol de Ronaldo más que de Cristiano, pero incluso demasiado sedoso para Ronaldo. Una explosión más fina, una potencia muy afilada.

Mbappé está a un nivel supremo. Demasiado bien demasiado pronto. No se le puede pedir más. En su mejora quizás ha tenido que ver Güler, alguien que le entiende, alguien con quien hablar...

Vinieron unos pocos minutos de toque en el Madrid, de recuperación, de extenderse más por el campo.

El gol era de una categoría tal que golpeó a los rivales. En sus caras había un hundimiento. La superioridad de la acción de Mbappé tocaba la moral.

Hubo un par de buenos robos de Bellingham que permitieron subidas de Vinicius. No se le vio mucho más.

En una jugada rápida, casi contragolpe, Vinicius o Vinisio se llevó dos rivales, los dejó tiesos, y pasó al centro, donde Güler la coló dentro con un zurdazo elegante. En un solo toque la mató contra el suelo, domó el bote como un tenista.

Ese gol hizo pensar maravillas. El efecto fue echar a volar la imaginación. ¡Todos en el Madrid son unos distintos!

Y aquí hay que reconocer la entereza del Atleti, su venirse arriba. Primero con un palo de Julián, de tiro lejano; con un salvajismo de Nico sobre el tobillo de Carvajal; con agresividad y balones altos. Marcó Lenglet en un córner, aunque con la mano. “Gesto de protección”, dijo un comentarista. Los brazos convertidos en máscara. Tan evidente era que el VAR no podía hacer magia de frame.

En el centro del campo del Madrid seguía faltando algo. Ese vacío se come a Valverde, del que no se puede decir que esté bien o mal porque no se le ve.

Con el mismo argumento, simple pero físico y vibrante, el Atlético empató antes del descanso: un balón colgado que Sorloth, maciste como de José Luis Moreno, remató entre Huijsen y Carreras, un espacio que abre demasiadas posibilidades.

Todo lo que el Madrid había construido en unos meses el Atlético lo estaba desmoronando con balones a Sorloth.

En el descanso entró Asencio por Militao. Esto sabíamos que iba a pasar tarde o temprano. Casi todo lo que hizo Asencio fue desastroso o contribuyente neto al desastre.

El Atlético colgó al área un balón y lo despejó Güler. Cómo será la cosa que la defensa antiaérea era él, que por supuesto usó la zurda para ello. La elevó como una bailarina de ballet y por ahí metió la cabeza el ínclito Nico González. Fue como un sátiro apareciendo en un cuadro de Degas. Pero fue penalti. Lo pitaron y lo marcó Julián.

No contento con eso, Simeone, con su habitual deportividad, pedía la roja para Güler.

Julián destrozó a Asencio y Simeone Junior fue quitándole la paz, tan difícilmente conseguida, a Vinicius.

El Madrid estaba tan mal que los cambios se hacían urgentes. Mastantuono por Güler, Camavinga por Carvajal. El problema Asencio se arrinconaba en el lateral y Arda pagaba el pato.

Se dirá que no tuvo Alonso valor para quitar a Bellingham, pero lo retiró poco después.

Desde ese momento, el Madrid tuvo vida eléctrica solo por Camavinga (poco) y por Mastantuono (mucho), lo que hace pensar quizás en algo físico.

Mastantuono pidió todos los balones. Cuando más quemaban, dijo aquí estoy yo. Sacó faltas, ganó terreno. Rodrygo entró luego y a su modo no estuvo mal, pero no había nueve puro arriba, una alternativa rematadora y cuando Alonso quiso sacar a (Gonzalo ya era muy tarde).

En esos minutos, el Madrid volvió a colapsar. Se desmoronó. Llegó el 4-2, una gran falta de Julián y fue perdiendo consistencia táctica y mental. El Atlético comenzó el arte dramático; Simeone junior mezclaba tobillo ajeno y grada (lo que ha visto en casa), y en el Madrid solo comparecía Mastantuono.

Demostró madurez pero si fuera titular, ¿quién saldría? El problema arriba, entre Vini y Mbappé, se ha trasladado a la media. Estamos en las mismas del año pasado. El Madrid ha ocultado un problema de definición con acumulación.

Fueron minutos duros en los que pedimos perdón a Paolo Maldini por haber elevado tan pronto a Carreras.

El realizador, siguiendo lo que parece va a ser costumbre, mostraba rostros metropolitanos.

Yo si me van a sacar caras de personas dejo el fútbol...

En el 93, Valverde regalaba un balón para que Griezmann marcara el quinto. La defensa de tres era un desastre.

Ya era paliza, humillación y el que más se enfadó (recibió amarilla) fue Mastantuono. Trae la sangre caliente. ¿Se la harán de horchata?

Si entra en el once, ¿qué hará Alonso? Si juega Güler con él, deja fuera a Bellingham; si sienta a Güler, estamos como el año pasado. Con esa sensación de conjunto musical con el micrófono vacante.
 

Autoridad




Ignacio Ruiz Quintano

Abc


Estamos en Madrid, aunque parezca Pontecesures. “¿A quién defiende la autoridad?”, preguntaba antes el jefe de la oposición en las Ventas. Ahora, ese mismo jefe se contenta con reivindicar para la fiesta brava a unos sobreros zambombos de Puerto Frontino (?) contra la incomparable leyenda genética de los bueyes de Zahariche. Y los toros siguen siendo el espejo de la vida nacional. ¿Qué ocurre en Las Ventas con un miura en el ruedo, un nublo en el cielo y un incompetente en el palco? Pues lo que vimos la otra tarde, es decir, un “sindiós”. “Adonde la azucena / lucía y el clavel, do el rojo trigo, / reina agora la avena, / la grama, el enemigo / cardo, la sinjusticia, el falso amigo...”, escribe Fray Luis en la oda de “Todos los Santos”. Esa “sinjusticia” frayluisera –decir “sinjusticia” es decir favor, influencia, ligereza, caciquismo, politiquilla– es lo que viene a ser el “sindiós” venteño, que tiene dos responsables, el delegado del Gobierno y la presidenta de la Comunidad, comprometidos hombro con hombro en la ruina de los toros. “¿A quién defiende la autoridad?” Angelito Méndez, o Constantino Galarza, depuró al único presidente de la plaza que sabía de toros para colocar en su puesto a un señorín con pajarita que abraza a las farolas; hombre de confianza, al fin y al cabo, no nos extrañaría que el bragado hijo de Pontecesures lo enviara el sábado a la manifestación para manejar los pañuelos de los autobuses. En cuanto a Esperanza Aguirre, taurinamente sólo le importa ver salir por la Puerta Grande al Muñeco de la Tarta, y políticamente, no pasar por depuradora, razón por la cual mantuvo en su puesto al hombre de Simancas en la Fiesta, el veterinario Ballesteros, que abraza a las farolas. Si sumamos los abrazos del veterinario Ballesteros a los abrazos del señorín de la pajarita, el resultado es una carga tal de electricidad estática que, a cuatro gotas de agua que caigan, las Ventas del Espíritu Santo se convierten en un “sindiós”, que es decir una “sinjusticia”: la naumaquia del Fundi con “Erizo”, el miura dormido en el peto del jaco, como el “Capitán” de Hernández Pla, mientras los “enteraos” pedían más sobreros de Puerto Frontino. 

Domingo, 28 de Septiembre


 Valle de Esteban

La mariposa del beso

Felicidades a Claudia

 




Mozart

Symphony No.40 in G minor KV550

Leonard Bernstein

Boston Symphony Orchestra


CLIC

Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto

 DOMINGO, 28 DE SEPTIEMBRE


En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:


-Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico. Y hasta los perros venían y le lamían las llagas. Sucedió que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán. Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritando, dijo: “Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas”. Pero Abrahán le dijo: “Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él es aquí consolado, mientras que tú eres atormentado. Y, además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que los que quieran cruzar desde aquí hacia vosotros no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros”. Él dijo: “Te ruego, entonces, padre, que le mandes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también ellos vengan a este lugar de tormento”. Abrahán le dice: “Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen”. Pero él le dijo: “No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán”. Abrahán le dijo: “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto”.

Lucas 16, 19-31

sábado, 27 de septiembre de 2025

Autocandidato



Hans Kung


Ignacio Ruiz Quintano

Abc


No soy de voto, y por tanto el lector sabrá agradecer el esfuerzo que para uno supone seguir la politiquilla electoral, donde todo lo que vuela es ave de corral. Leo que el socialismo madrileño ha presentado en Vistalegre sus reales: “¡Madrid dejará de ser la última trinchera de las políticas del rencor, la confrontación y las mentiras, de la sotana rancia, el ladrillo especulativo y la insolidaridad!” Sí, parece una embestida de Hans Kung, pero sólo se trata de otro intento de llamar la atención por parte de Simancas sobre un cajón de gaseosas. Tras del cajón de gaseosas, al estilo en que Groucho repetía lo de “¡y dos huevos duros!”, la Trini: “¡Gallardón arranca árboles y planta parquímetros!” Madrid empieza a oler a elecciones, y salen estas setas. ¿Qué le debe Madrid al socialismo madrileño? En los tres últimos años, el socialismo madrileño ha hecho por Madrid lo siguiente: ir y venir a Bruselas para conseguir reventar la financiación de la empresa constructora del Metro; ir y venir a Bruselas con rampojos del Manzanares para intentar paralizar “ecológicamente” las obras de la M-30; paralizar por huevos la construcción de las carreteras del Norte; pisar mierdas de lince en los pantanos donde nunca hubo linces –a esta labor se prestó un supuesto profesor Cuspius al que la modestia le impide dejarse retratar– a fin de paralizar la construcción de la carretera de los pantanos... Y por tamaños logros, la mitad de los votantes madrileños, reconocidos, manifiestan su intención de votar las candidaturas de estos filántropos de la lucha de clases. ¿Masoquismo? No, señor. Ganas de explotar en nación. La mitad de Madrid quiere ser Nación, razón por la cual la mitad de Madrid va a votar a Simancas, fundador de naciones, como Alejandro el Bicorne. La mitad, menos uno, claro, porque Simancas, el autocandidato socialista, es la mejor garantía de reelección que abriga Esperanza Aguirre. Hay otra esperanza, y es que ese uno de la mitad menos uno caiga enfermo el día de la votación y salga, en efecto, Simancas. ¿Qué pasaría? Pues que habría nacido la nación “Viva-Madrid-que-es-mi-pueblo” y nosotros seríamos los “viva-madrid-que-es-mi-pueblerinos”.

Sábado, 27 de Septiembre

 


Valle de Esteban

Toscana madrileña

Felicidades a Oti

 



Habanera del primer amor


Al año nos conocimos
haciendo flanes de arena;
bien pronto nos descubrimos:
tú eras nene y yo era nena.

En el verano segundo
escapamos de la yaya
siguiendo a una cucaracha
y descubrimos que el mundo
no era sólo nuestra casa.

Tiempo de sol,
zapatitos de charol.
Tiempo de luz,
yo de rosa y tú de azul.
Tiempo de sol,
capotitas de almidón.
Tiempo de luz,
yo de rosa y tú de azul.

En una tarde de estío,
al cabo de algunos años,
descubrimos el suspiro
con un sentimiento extraño.

Piedras y árboles del río...
Piedras y árboles del río
todavía están grabados
por nuestras manos de niños.

Corazones dibujados
con tu nombre y con el mío,
dos corazones flechados,
del primer amor heridos.

Tiempo de sol...

Inclemente, impertinente,
hizo el tiempo su labor:
nunca dura cosa buena,
descubrimos de repente,
con sentimiento y con pena;
se deshizo nuestro amor
como los flanes de arena.

viernes, 26 de septiembre de 2025

Guerras civiles


David Betz


Ignacio Ruiz Quintano

Abc


Lo dijo Pepe Borrell, aquel Leonardo de Puebla de Segur que adquirió fama de prócer por un mataleón fiscal a Lola Flores: “Europa es un jardín. Todo funciona. Es la mejor combinación de libertad política, prosperidad económica y cohesión social que la humanidad ha podido hacer. El resto del mundo es una jungla”.


Pero en el jardín de Borrell un profesor del King’s College de Londres ha introducido la serpiente de la guerra civil. Se llama David Betz, enseña polemología y anuncia en una revista militar la vuelta inminente a Europa del estado de naturaleza, donde la vida, vista por Hobbes, era “solitaria, pobre, desagradable, brutal y breve”. “Bellum omnium contra omnes!”


Por las cuentas de Betz, la probabilidad de que estalle en un año la guerra civil en Europa es del cuatro por ciento, y asciende al dieciocho para un periodo de cinco años. Si entre diez y quince países europeos se encuentran en esta situación, la probabilidad de guerra civil en un lustro es del noventa por ciento. Advierte que las guerras civiles tienden a ser muy largas y muy sangrientas (seis años de media), y cita a Yeats: “Girando y girando en el círculo cada vez más amplio, / el halcón no puede oír al cetrero; / las cosas se desmoronan; el centro no puede sostenerse...” Behemot y Leviatán tras los setos del jardín de Borrell, esa Europa fracturada, pobre y desconfiada por la peste del globalismo.


Debemos lo que no está en los escritos. En lo que Trump pondera cenando en el castillo de Windsor la hermosura de la princesa de Gales, cada ciudadano americano debe cuatrocientos mil dólares que nunca pagará, mientras cada ciudadano británico chapotea en un agujero negro que Starmer, el monaguillo de Blair, cifraba en más de sesenta mil millones en la oposición. La única salida a una deuda insostenible es la guerra, y por eso la buscan con tanto vicio, “aunque sea nuclear”.


Al descomponer las naciones en tribus, como viene haciendo el globalismo neoliberal, Betz ve las orejas de la guerra civil en Inglaterra, pero también en Alemania y en Francia, y eso que los franceses, según Madame de Staël, tienen poca disposición para la guerra civil porque en Francia la mayoría suele arrastrar a la minoría y el partido que pasa a ser el más fuerte se convierte en seguida en el más poderoso porque todos se unen a él.


¿Y nosotros? A nosotros sólo nos cita Betz como ejemplo de que toda guerra civil es cultural-espiritual, como la del 36, con la destrucción de símbolos religiosos o nacionales por los partidarios de acabar con el antiguo orden. Hoy, miras al tendido español, y ves que a todos se nos puede decir lo que en otras fechas sombrías decía Maura a los republicanos: “Seríais la guerra civil, si no fueseis la impotencia”. Schmitt:


-En la guerra civil no hay triunfo; ya de por sí resultaba indecente que en el triunfo de César en septiembre del 46, el suicidio de Catón fuese representado en imágenes.


[Viernes, 19 de Septiembre] 

Viernes, 26 de Septiembre

 


Valle de Esteban

Huella de luz

Rocanrol. Get The Water en The Prince Albert

 



@MarilynDiary






WE'RE GOING TO PLAY AT


  26TH SEPTEMBER 





@NorthCoastGen