lunes, 4 de julio de 2022

El medio siglo de ZZ



Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Zinedine Zidane cumple medio siglo, que son cincuenta años, y ha ido a “L’Equipe”, que es “El Chiringuito” para intelectuales franceses de jersey de cuello alto, a contar sus memorias.
    

“Mi medio siglo se confiesa a medias”, tituló Ruano las suyas a la misma edad de Zidane, apodado el Monje, como un rey de Aragón. Tener presencias de más de medio siglo es para Ruano como vivir entre sombras. Por mucho sol que haya.
    

¡Cincuenta años! En “El mundo de ayer” cuenta Stefan Zweig que entre 1900 y 1914 nunca vio citado el nombre de Paul Valéry como escritor ni en “Le Figaro” ni en “Le Matin”; para que nos hagamos una idea, “Marcel Proust pasaba por un pisaverde de salón y Roman Rolland por un musicólogo erudito: tenían casi cincuenta años cuando el primer tímido rayo de fama iluminó sus nombres y habían creado su gran obra en la sombra, en medio de la ciudad más curiosa e intelectual del mundo”.


    Fuera de esa ciudad, cuyo club lo quiere de entrenador, creó su gran obra Zidane, y lo hizo a la luz del Bernabéu, donde levantó cuatro Copas de Europa, una como jugador y tres como entrenador. Podían haber sido cinco, que el “5” es su número cabalístico, pero la música se cortó y la culpa fue del cha-cha-chá. Número andrógino, por ser impar y masculino y contener una parte femenina y par, pero, en cualquier caso, número esférico y circular, ya que en cada multiplicación se recupera a sí mismo y continúa al final del número que resulta. Misterios zinedinescos de un futbolista que con pies de Gargantúa se movió por el campo como una bailarina con pies de loto. Pero es normal que una estrella como Zidane, que puso su carrera en manos de un Visitante Nocturno que lo guiaba, se agarre a un número, aunque sea de mala rima, como el “5”, para comprender las cosas extraordinarias  que le han sucedido. Cinco años en la Juve, de donde lo sacó Florentino Pérez en la famosa noche monegasca de la servilleta, tan famosa como la de Felipe IV bajo la cual deslizó Quevedo los versos sobre los tronchos de coles que le costaron la cárcel. No muy lejos de allí sedujo el truhán Junot a la bella Carolina por el hábil procedimiento de reajustarle la talla del vestido en una gala de la Cruz Roja. En cinco años cifraba Cruyff el ciclo en un club de las estrellas, por la misma regla de tres que Ortega, el Cruyff de la divulgación filosófica, cifraba en quince una generación cultural.
    

Después de los cinco años en la Juve, Zidane se apuntó a otros cinco años en el Madrid, donde vivió cinco Champions (él se incluye en la Décima, la del himno de boda, y no de Fígaro, como segundo de Ancelotti), y con el número “5” a la espalda, que era el número que quedaba libre cuando llegó él, que fue atando cabos con la numerología como un Pitágoras de la vida (que no es lo mismo que un Pitagorín de la escuela de entrenadores, como Álvaro Benito).
    

Cuando voy a un hotel, si me alojo en la quinta planta gano el partido.
    

Pero para eso necesita de un equipo ganador. De Pitágoras sabemos que compraba a los pescadores su redada mientras la red estaba aún en el agua, y luego devolvía al agua todos los peces capturados. Zidane prefiere esperar a ver qué clase de peces hay en la red: “Si vuelvo a un club, es para ganar. Lo digo con toda modestia. Por eso no puedo ir a cualquier parte”. Y por eso espera a la Selección de Francia.
    

El medio siglo de Zidane (¡Zidane confesándose a medias!) pasa desapercibido por el ruido mediático de las declaraciones de Pedri sobre “fúpbol” y los tuits de Lineker sobre racismo. En alusión a los triunfos del Madrid, club que lo desechó, Pedri, que no sabe lo que es ganar, dice que lo importante no es ganar (lo que hace el Madrid), sino cómo se gana (como, al parecer, hace el Barcelona, que este año no ha ganado nada). Aquí podemos aplicar a Pedri la metáfora escogida por Rio Ferdinand para explicar la actitud pasmada de Varanne en su etapa en el United: “Está sentado como un conejo deslumbrado por los faros y pensando ‘vaya, ¿qué es esto?’”.
    

Después de todo Pedri tiene 18 años, pero Lineker tiene 61, y ha ido a la TV a confesar, como un Rhodes sin piano, que sufrió abusos racistas en la escuela y un par de veces durante su carrera futbolística por su “piel oscura” en Leicester, mereciendo un tuitazo de Nigel Farage:
    

Oh please, GaryLineker. I know you suffer from guilt, but this is simply ridiculous.



 
AISLADOS Y DE RODILLAS


    Todo el mundo quiere ser Elon Musk, y al famoso emprendedor burgalés Sancho, que puso al San Pablo Burgos de rodillas para pedir perdón por el descenso, se une ahora el asesor portugués Luis Campos, un Superlópez contratado por el PSG que propone “aislar” a los futbolistas que no quieran salir del club. La pandemia ha traído muchas ideas: “Se les sacará del grupo, se cambiarán en otro vestuario, se les quitará la plaza de aparcamiento...” ¡Es la disciplina! Y lo que se persigue con esta disciplina de guerra es que los jugadores “sientan los colores”, como Mbappé, y no como Kurzawa, que no juega, y que un día llegó en su Ferrari quince minutos tarde al entrenamiento y no le abrieron la puerta. 

[Lunes, 27 de Junio]