Francisco Javier Gómez Izquierdo
En Segunda División hay tres equipos que garantizan goles en un partido. A favor y en contra: Rácing de Santander, Almería y Córdoba. Bueno, cuatro, pues la hemorragia del Zaragoza que tiene desesperados a sus seguidores recogiendo dolorosos cueros de las propias redes, es ya cosa corriente en la temporada. Lleva el Zaragoza, último con seis puntos, 17 goles en contra. Que al Rácing, líder con diecinueve puntos, le hayan colado otros 17 dice poco de la defensa cántabra. Lo mismo que la del Almería con 17 también. El que cierra el póker de los 17 es el Spórting, al que ha llegado Borja Jiménez, un entrenador como la copa de un pino al que tengo mucha fe que seguro corrige la debilidad en retaguardia. El Córdoba ha encajado 13 pero sólo ha marcado 11, por 24 del Rácing o 19 del Almería, las dos delanteras mas productivas.
En el Córdoba-Almería de ayer, ocasión que los cafres de ambos equipos suele aprovechar para quedar y hostiarse -por fortuna no hubo incidentes-, estrenaba el Córdoba un marcador muy aparente que a servidor le pareció nada mas verlo -tardé un rato en percatarme de su existencia- que está como camuflado en esa franja blanquiverde de anuncios que separa la tribuna alta de la baja. No sé cómo queda por televisión, pero a mí me parece una liebre echada en el surco, cosa que no es ni buena ni mala. Pongamos que curiosa y original. El marcador estaba condenado a funcionar teniendo en cuenta la visita del Almería, para mí, la mejor plantilla de Segunda, en la que el respetable se fija en Baptistao, Arribas, Melamed, Embarba, Soko... pero servidor se queda con Lopy, uno de esos colosos africanos que ejercen de mediocentros, pero en el caso de este Lopy con el inconveniente de una inconstancia e irregularidad que imagino le impide jugar en cualquier Primera europeo. Iván Ania le puso a Requena de vigilante, anulándose en cierta forma los dos. Rubí, que estuvo algo rácano en el planteamiento colocó a Arnau Puigmal, un medio mas bien defensivo, en falso extremo derecho, cosa que despistó al Córdoba, y por ahí llegó el gol almeriense... y el resto de oportunidades, sorprendiendo al graderío de cómo el 2 podía hacer tanta picia. A mí me mosqueó la posición desde el principio y se lo dije a Pedro mi vecino de asiento y hay que reconocer el acierto de la ocurrencia de Rubi. El Córdoba no jugó mal. El partido estuvo muy entretenido por lo disputado y el empate yo creo que al final gustó a todo el mundo. Jacobo marcó un clarísimo penalty como si fuera aquel Nino Arrúa al que tengo como espejo de lanzadores. El 1-1 mantuvo la emoción del cordobesismo y de los muchos almerienses que llegaron en autobuses El Almería no es equipo tan compacto y firme -en mi particular opinión- como Las Palmas, pero sus jugadores son de más clase y mayor capacidad para sorprender, cualidad que comparten con los del Rácing, al que le ha salido un Jeremy que junto a Andresito Martín va a firmar muchos goles. El Jeremy cántabro, como el del Dépor o el Ale García de Las Palmas, empiezan a ser los nombres de esta Segunda. Apuesto porque también lo va a ser el entrenador Borja Jiménez y puede que hasta mi querido Pacheta que con esfuerzo ya ha conseguido que varios de sus jugadores ya parezcan buenos. Sobre todo el donostiarra Alex Sola y el senegalés Souleyman Fayé.
No he esperado al Burgos para escribir hoy. Juega en Cádiz esta noche y no me da buenas sensaciones. ¡Ojalá me equivoque y los Appin, Fer Niño e Íñigo Córdoba parezcan lo que parecían no hace tanto!

