miércoles, 4 de marzo de 2020

El oxímoron

Joaquín Belda


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Los cupletistas llevaban razón: en este país ya no sube nada, ni sube la cultura ni sube el capital, sólo la sicalipsis se sube más y más. El Estado de Derecho, que no se cae de la boca del liberalio, se pone picantón (sicalíptico, dirían nuestros abuelos) con algo que llaman Ley de Libertad Sexual.

“Ley de libertad” es un oxímoron genuinamente comunista, presente en “La facultad de las cosas inútiles”, que para el comunismo es el Derecho, y para los liberalios, el Estado de Derecho… que hace el Estado, que en España es… Irene Montero, que no representa a la Nación (en el Estado de Partidos no hay representación, y por tanto, tampoco hay Nación, negada incluso por Álvarez de Toledo, que da por superada la Revolución francesa cuando más rampante se halla); representa a su marido, que es quien la puso en las listas.
    
La Nación hace las leyes y el Gobierno las ejecuta, sentenció famosamente el juez Marshall, cuya influencia no salió de América. Aquí, en cambio, legisla el Estado (tenemos Boletín Oficial del Estado, no de la Nación) y ejecuta el Estado, con Triduo y Novena de los liberalios a Montesquieu, que les suena a Luis Díez del Corral. Una ministra hace la ley de la sicalipsis, los demás ministros la leen como si fuera una novela de Belda o González Pons y el jefe del Consenso la somete a la ratificación de sus delegados en el Congreso, los diputados, que le deben el escaño y la nómina que conlleva. Eso es todo, aunque el sistema resulta tan divertido que no oirán a nadie, oh, oxímoron de España, cuestionarlo.
    
No se busque este sinsentido en Hamilton o en Schmitt, pues sólo se halla en Murphy:
    
–Si no se entiende un término específico en un texto legal, páselo por alto. El texto tendrá sentido sin él. Si el texto no tiene sentido sin esa palabra, tampoco lo tendría con ella.
    
“Voilà” la Ley Montero. De performance en performance hasta la República plurinacional. Si votar (así) pudiera cambiar algo, ya habría una ley que lo prohibiera.