viernes, 13 de abril de 2018

Flores

Cavia con su criado García


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

De anglófobos por el Brexit a anglófilos por Michael Oliver, el árbitro del penalti a Lucas Vázquez, el Colibrí de Curtis.

¡El pájaro mosca que en la flor (de Zidane) ahonda!
De madrugada me saca de la cama un amigo colchonero para saber mi opinión de la corrupción del fútbol, y le digo que, puestos así, la de la literatura es mayor: nuestros escritores nunca escribieron tan mal, pero nunca vivieron tan bien.

Casi ciego, el glorioso Galdós tenía que dictar, para poder vivir, durante cuatro horas todos los días. Entonces se organizó una gran “Suscripción por Galdós” cuyas cantidades se esfumaron, como los “eres” andaluces, entre los círculos republicanos.

Si la República viene alguna vez a España –tenía avisado don Benito, no la traerán los republicanos, sino los monárquicos disgustados.
La República, en efecto, llegó, y sorprendió a Muñoz Seca escribiendo, ¡ay, Jesús!, “La barba de Carrillo”, comedia surgida de una pesadilla en el tren, donde también había soñado que moriría “el domingo de piñata de 1991”, sueño del que sería despertado trágicamente por los milicianos… de Carrillo, que no veían bien su éxito (“Gano dinero y oigo aplausos. ¿Qué más puedo pedir?”), y eso que para mantener a sus seis hijos el gran Perico debía ir cada mañana a su oficina de jefe del Negociado de Accidentes en la Comisaría General de Seguros.

Sólo por necesidad escribió Valle, que odiaba llenar cuartillas (“Creo que es una de las muchas cosas que no tienen mérito alguno”) para “un público corrompido por el melodrama y la comedia ñoña”.
Convertimos todo en materia sentimental, y un pueblo que iba a los cementerios de romería nos lo quieren convertir en un pueblo de llorones, y ésa es la labor que hace la Prensa.
¿Y Cavia? Eterno descontento, murió célibe y solo, despachando artículos (“Artículo que escribo, artículo que cobro, y entrada por salida”), con un motivo de orgullo único:

Yo jamás he percibido ninguna aldehala, sueldo o gratificación del Estado.