domingo, 1 de abril de 2018

Domingo de Resurrección, 1 de Abril


Mayores que todas las tinieblas físicas que cayeron sobre el planeta al morir Jesús fueron, en aquella hora, las tinieblas intelectuales. Todo fue cerrazón y oscuridad absoluta. Durante unos días no hubo fe ninguna en el mundo, salvo la de María... Y María vivía sólo de fe: sin consolación de ninguna especie. Vivía la más desolada "noche oscura" que haya vivido ningún místico; la más seca aridez que pueda uno imaginarse. Vivía, según la graciosa metáfora de San Bernardo, "como una pajarilla en el alero de un tejado": no todavía en el cielo, ni ya en la tierra.
LAS MUJERES DE LA RESURRECCIÓN José María Pemán