domingo, 18 de diciembre de 2016

Suna a las once


Ahora que falta se podrá decir: Suna fue la Lautrec de nuestro Valle de Esteban, cuyo sol la recogió como un cazador de mariposas desde la claridad de su alma. De Lautrec decía Ramón (el recuerdo de Suna siempre lo devuelve a uno a Ramón) que vio como nadie lo de los clowns como mujeres y las mujeres como clowns, y que tanto amaba el circo que, cuando lo encierran en una clínica, dibuja su álbum El Circo. De clown y de mujer hizo siempre la gran enana, que no tuvo tiempo de dar, como el gran enano, la carcajada final, el 'Ja!... ¡Ja!... ¡Ja!... definitivo y genial frente a la claridad del gran golpe de magnesio con que ramonianamente se anuncia la aparición del gran espejo espacial de la locura.