viernes, 16 de diciembre de 2016

Robe



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Robe, el Manolo Kabezabolo de la banda Extremoduro, ha resumido el sentir unánime (el consenso no consiente la excepción) de la intelectualidad española llamando “subnormales” a los votantes de Trump.

Lo malo de la democracia es que todo el mundo puede votar –ha dicho Robe, que abreva en nuestros mejores politólogos–. ¿Cómo puede votar gente que no tiene ni p… idea de Historia?
Robe hizo una novela cuando no le salían canciones. Al estilo de Gibbon, que se petó de latinos antes de redactar la caída del imperio romano, Robe, para redactar su novela, reemprendió los estudios “durante un año”: un curso de acceso a la universidad “para recordar cosas de gramática y ortografía”. Eso en España da para ser ministro o llamar “subnormales” a los votantes de Trump.

No conozco una brutalidad mayor, en nuestras democracias, que la empleada contra las corrientes populistas –dice Chantal Delsol, única profesora que ha estudiado el populismo–. La violencia que se les reserva excede todo límite. Si fuera posible, clavarían a sus partidarios en las puertas de las granjas.
Es el carácter dogmático de la ideología de la emancipación: no se combate a sus detractores con argumentos contra su discurso, sino con adjetivos injuriosos contra su grupo, que es el de los “idiotas”.

El término “populismo”, resume Delsol, es un insulto que conlleva rechazo de la democracia y que designa movimientos compuestos por “idiotas” en su doble acepción: moderna (espíritus estúpidos) y antigua (espíritus orgullosos de su particularidad).

Para los griegos de Pericles el “idiotes” era aquél que no estaba en la pomada, es decir, que no podía participar en el diálogo para la búsqueda de la verdad.

Para los españoles de Robe el “idiotes” será aquél (algo estamos viendo) que no quiera participar en el diálogo para amasar el “pastís” catalán.

España es darse cuenta de que la cena está mala, sin admitir que la cocinamos mal, y echársela al perro, disimulando que no hemos comido.