Cabezabajo en Primera
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Descorazona lo evidente, pero somos el peor equipo de Primera. Tras las penurias de los diez primeros partidos, repletos de pésimas vicisitudes, todos esperábamos el placebo de una victoria cuando Mateu Lahoz señaló el punto de penalty tras una estupidez de Hélder Postiga, un delantero permanentemente cabreado que tantos anuncios hace en su país, donde le tienen mucha consideración. Creo que hasta vuelve a la selección.
Federico Cartabia, que se cree Messi por nacer en Rosario, se puso farruco ante sus compañeros y exigió tirar el penalty. El chico tiene clase, pero tengo puesto que no sabe jugar al fútbol, por estar obsesionado en el lucimiento personal olvidando lo más conveniente para el equipo. El encargado de las máximas penas es Abel Gómez, pero como ha empezado a jugar ahora no quiso dar mala impresión al respetable y cedió el balón al pequeño delantero. Que lo iba a fallar lo temíamos todos los aficionados de mi peña.... y lo falló. Se lo cogió Fabricio, un portero de mucho genio al que parece recuperar para la causa Víctor Fernández, otro entrenador desesperado en la banda ante las torpezas de sus pupilos y que llegó a la depresión cuando Mateu Lahoz, a la media hora de juego, expulsó al malhumorado Postiga en otra acción de las suyas que nada tiene que ver con el fútbol.
El Deportivo va a sufrir mucho. Sus centrales Lopo y Sidnei tienen cara de duros, como los quería Toshack, pero reculan demasiado, precipitados y medrosos. Laure es lateral derecho discreto y Canella en la izquierda no prospera como pensábamos cuando lo veíamos en el Spórting. Seoane y Manuel Pablo no cuentan para Víctor. Wilk, un polaco reserva en Segunda, le ha quitado el puesto de mediocentro defensivo a Bergantiños, un rubiasco que a mí siempre me ha parecido que pone orden y concierto en el centro del campo y que veo ha caído en desgracia. Juanfran, aquel lateral del Castilla, no sé si juega de defensa o extremo, y lo mismo se puede decir de Luisinho, al que la inferioridad del equipo les obligó a multiplicarse. Los buenos del Dépor son Medunjanin, que a un servidor ya le impactó cuando anduvo por Valladolid exhibiendo su zurda prodigiosa, y Cavaleiro, un negrito de movimientos eléctricos. Luego salieron a defender el empate tres centrocampistas más: Bergantiños, un profesional de los que a mí me gustan, y Juan y José Rodríguez, el primero gallego y gitano el segundo. Dos chicos jóvenes, bendecidos hace dos o tres años por entrenadores ilustres y a los que esperan ansiosos en Riazor.
A nosotros -el Córdoba- nos lo pusieron facilísimo anoche, pero aún dejándonos el libro para que copiemos en el examen, somos incapaces de aprobar.