Ignacio Ruiz Quintano
Abc
En un país que fecha el mito fundacional de la Nación en junio de 1977, un columnista deportivo, para explicar que “las personas inteligentes suelen sacar partido de los recursos disponibles”, escribe:
–Como Aníbal en Cannas, hace catorce siglos.
Que lo de Cannas ocurriera hace veintitrés siglos convierte al columnista, no en una víctima de la Logse, que tampoco es el caso, sino en un administrador de recursos disponibles: a una sociedad que no ve más allá de 1977, hablarle del 216 antes de Cristo es perder el tiempo, pero si, por defender la belleza del sistema de Guardiola, necesitas compararlo con Aníbal, conviene hacerle una rebajilla de siglos.
Recurso, pues, de columnista, pero no de una sociedad como ésta, que no conoce más fechas históricas que 1977 ni más recursos disponibles que el Estado, al que identifica… con el Psoe.
Según encuestas, la mayoría de la juventud se mira en el partido de Rubalcaba, aunque, desglosados los porcentajes, estos jóvenes se declaran socialistas (16), liberales (14), centristas (13), socialdemócratas (12), conservadores (10) y radicales de izquierda o derecha (1).
Los datos sugieren una juventud inteligente, pues aspira a sacar partido (una nómina, para entendernos) del recurso disponible (el Estado), pero reaccionaria, ya que no se ha movido ni un milímetro del cuadro mental expuesto, ¡en 1921!, por Silva, personaje de “La procesión de los días”, de W. Fernández Flórez, al “indiano” Alvarellos:
–A principios de mes soy monárquico, derechista, conservador. El día 10 me hago liberal. Hacia el 20 me trueco en socialista y suspiro por el reparto. A fin de mes, abjuro de esos ideales y comprendo que no hay salvación sino en el anarquismo práctico. Entonces le pido dos duros al habilitado para una bomba. Pero lo mismo es tener los dos duros que sentirme republicano posibilista.
En fútbol, yo ya llegué a la conclusión de que no hay más belleza (defendible) que la doctora del Chelsea.
