Goya
Manuel Jabois
Nada más empezar el partido, Mario Balotelli le soltó la pierna a Sergio
Ramos en una entrada que no vio el árbitro. Balotelli había sucumbido a
la juventud, a la inexperiencia y a la alegría de vivir. Balotelli se
había tomado una coca cola en los vestuarios y pensó que el mundo ahí
fuera era como se lo habían contado en Manchester: un lugar en el que
uno puede meter en el campo su descapotable y saludar a los defensas de
buen rollito como a los aficionados por las calles. Balotelli era joven,
guapo y salía con modelos; por encima de él, según confesión propia,
sólo estaba Messi. Pronto iba a convertirse en campeón de Europa y
decidió empezar a festejarlo llevándose por delante al primero con el
que se cruzó en el minuto 3 de partido.
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