lunes, 27 de junio de 2011

El fútbol burgalés es de Segunda B

Con el miedo en el cuerpo

Francisco Javier Gómez Izquierdo

Tenía el convencimiento de ver al Mirandés en El Arcángel, pero no va a poder ser. Seguí el partido del ascenso en la tele del Marca y el fracaso se explica por el vértigo que sufre el hombre modesto cuando huele la gloria. A falta de 20 minutos de un total de 180, los mirandeses ganaban 2-0 y aquello tenía una pinta divina, pero como siempre les ocurre a los entrenadores temerosos, Carlos Pouso, el míster rojillo, quiso arreglar lo que bien estaba y por supuesto lo amoló. Sacó un morrosko en punta que parecía ir con el enemigo y sentó al que mejor estaba jugando, un tal Candelas, en vez de al recién casado Pablo Infante, que arrastraba cansancio a quintales... pero lo que me hundió en la butaca mecedora bajo el aire acondicionado es esa matraca que repito a muchos aficionados poco avisados: “..los periodistas, los futbolistas, e incluso más entrenadores de los que creemos, no se saben el Reglamento”.

Un alcarreño de morado sacó de banda y la defensa mirandesa se adelantó para dejar en fuera de juego a un tío con nombre cartaginés... ¡en un saque da banda! No me lo podía creer. Esa jugada de listos entre R. Carlos y Raúl se convirtió en una jugada de tontos en tierra de ferroviarios... y era el minuto 87. Ya no había posibilidad de reacción y el Mirandés sigue en Segunda B. Con el Burgos... y con la Arandina, que ha pasado la eliminatoria contra el Alcobendas de Alfredo Santaelena en Tercera y también es equipo de bronce. Sólo falta el Rácing Lermeño.


Aníbal en Anduva

Guadalajara en Segunda
Por primera vez en su historia