A Jean Simmons, in memoriam
Nadie se mueva.
Todo amante ve asaltos
en las ojeras.
JOSÉ-MIGUEL ULLÁN
[No era ése el caso del poeta popular cubano Francisco Riverón. Aquel decimador de lo guajiro, aun respetando la inmovilidad requerida para dejarse ver desde abajo, pasaba a describir el fenómeno como un auténtico rensaku del ahorcado, expuesto a la vendimia de la más esmerada comprensión: Con un racimo de ojeras / colgado de la mirada. J-M U]
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