lunes, 30 de noviembre de 2009

UN DERBY MÁS

El Real Madrid de 1935, que saldó
con un 8-2 su repaso al Barça

F. J. Gómez Izquierdo

Ya quedó dicho que la Liga es cosa de dos, y el resto de figurantes está para poner zancadillas. ¡Un aburrimiento de campeonato! Los dos protagonistas se citaron ayer y no defraudaron a sus respectivas parroquias. El uno porque ganó, y eso siempre lo disimula todo, y el otro porque dicen que jugó bien. El espectador que mira los partidos con la radio puesta y el As y el Sport como libros de todas las horas, está contento... pero para uno que haya visto más de cincuenta derbys, el Barça-Madrid fue un partido más. Eso sí, con jugadores muy técnicos.

Es cosa sabida que el Barça juega muy bien al fútbol. Es lección aprendida que el jefe es Xavi y el otro día Hugo Sánchez y antier Juande Ramos -de míster con el Sevilla- torpedearon con armas sencillas al capataz culé. Luego, en el Bernabeú, y como entrenador del Madrid, Juande no se atrevió a gastar del otro fútbol el infausto día merengue del 2-6. Si aquella tarde llega a usar perros de presa en vez de galgos corredores, hoy podría ser campeón de Liga y entrenador del Madrid. El ingeniero Pellegrini no quiso caer en el feísmo de Hugo, pero tapó muy bien al 6 y a Iniesta. Tuvo el partido y es de justicia no acusarle del perdón que repartieron Cristiano y Benzema -este hombre tiene algo raro- a la grey blaugrana. Creo que se confunden los teóricos a los que encanta el fútbol táctico dando por hecho que el Madrid puede jugar contra el Almería como contra el Barça. La asignatura blanca es tener el balón y dar miedo. Ayer demostró que puede ganar a cualquier grande. Sólo tiene que marcar la mitad de las ocasiones que crea. No siempre van a tener enfrente a esa reedición de los trabajos de Hércules que fue lo que hizo ayer Puyol... ¿O no fue el mejor Puyol?

Ahora -y con perdón- creo que el problema del Madrid es ganar a los casigrandes (Valencia, Sevilla, Girondins, Fiorentina), poniendo el justo equilibrio entre el crear y el destruir, porque los casigrandes tienen claro que contra el Real hay que jugar a la defensiva y con marcaje férreo a Cristiano.

Ése es el problema de Pellegrini.