lunes, 1 de abril de 2013

Magna lingua, o la nueva literatura taurina. Julián López

"¡A Bú, a la señora de Bú y al Busito chico!"
(Brindis a la familia imperial en París de Cúchares,
 viendo que a todo el mundo se le llamaba de "vous")
 
 
EL PAÍS
 
Faltó codicia en el toro; era excesivo el dominio, un combate desequilibrado. Un torero, por una parte, repleto de facultades, valentísimo, pundonoroso, poseedor de una técnica deslumbrante y una suficiencia abrumadora; y un toro, por otro, bueno como el pan, de noble casta y derrochadora bondad.
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EL MUNDO

Cinco redondos ligados y el de pecho. La distancia larga para airear el toro. Y otros cinco de asentada figura tanto como encorvada. De enganchar muy adelante. Una trinchera empalmada al redondo puso la cosa caliente. Y ya el garcigrande se vino a menos de tanto poder. Juli estuvo sensacional. En figura de época. Cumbre. Por abajo. Roto y atado al suelo. Todo verdad. Por una y otra mano. Inconmensurable. No se puede estar mejor. Qué gran toro para un soberbio torero. Profundidad al máximo.
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MUNDOTORO

Un huracán detuvo la lluvia. La prohibió El Juli toreando con la convicción del insolente, del insurrecto convicto y confeso, que se alimenta en su propio amotinamiento. Porque la tauromaquia de El Juli nace, crece y se desarrolla desde su propia sedición. El Juli, toreando, es puro amotinamiento contra su propia autoridad. Su dictadura es insatisfecha. Cada día se propone un golpe de estado contra el mismo, buscando el toreo más por abajo que nunca haya existido.

 
 
Torear por abajo, o bajar toros a novillos, y templos a plazas de mercado en Domingo de Resurrección, contraviniendo las escrituras sagradas

Por ejemplo, mundotoro.com dice lo siguiente: "El Juli, toreando, es puro amotinamiento contra su propia autoridad. Su dictadura es insatisfecha. Cada día se propone un golpe de estado contra el mismo(sic), buscando el toreo más por abajo que nunca haya existido."

Magna linguam, sin duda. Creo que deberíamos convocar un congreso de genios para saber qué demonios quisieron decir los de mundotoro cuando aseveran que el niño de Velilla toreando es "puro amotinamiento contra su propia autoridad"; la imagen goza de tan poca claridad como cuando Zabala dijo de la faena de Morante en Valencia, que "de su pecho salían los planetas". Lo preocupante de su propia dictadura es que a diario planea hacerse un golpe de estado contra sí mismo, con lo que tenemos una situación política tan inestable como la de cualquier terruño africano.