En una época en la que el vino predominaba sobre cualquier otra bebida, un francés tuvo la idea de abrir en Burgos una fábrica de cerveza. Fue en el año 1811, con la ciudad ocupada por los franceses. La capital castellana era un enclave estratégico para el ejército francés, que además había incrementado notablemente su población. «La invasión francesa trastocó la forma de vida de la ciudad, llegando a residir un contingente de 20.000 soldados franceses entre Burgos y el cercano municipio de Gamonal».