jueves, 4 de abril de 2013

Algunas andaluzas

  Griñán entre jienenses
Moreno y Zarrías
Más progreso no cabe

Francisco Javier Gómez Izquierdo

Parece cosa de dementes, y perdonen el atrevimiento, reprochar a alguien sus amistades de mozo y no reparar en el nefasto adoctrinamiento de nuestra juventud, incapacitándola para ser futuro de provecho. Particularmente en Andalucía manda una dama que ha llegado a tal grado de incompetencia que hasta se ha quejado con enojado mohín de que los padres no quieran llevar a sus hijos a los colegios públicos y considera inadmisible que en los concertados haya exceso de solicitudes mientras en los de la Junta sobran demasiadas plazas.

      -Nos veremos en la obligación de suprimir conciertos.
     
Esta justicia de señora que estudió leyes tiene su lógica, pues... ¿qué va a ser de tanto maestro interino con méritos sindicales como ha contratado su Ministerio? ¿Y si los niños andaluces se vuelven aplicados, y les da por no votar?

       De éstos afanes de doña Mar Moreno y el desprecio por los derechos de los padres ya habíamos dado cuenta por ser las cosas de la Educación las que más preocupan a un servidor, pero su proceder lleva a situaciones tan absurdas como que en Jaén, el pueblo de doña Mar, se quite el premio concedido a una novela, por... “sexista”. Sí, sí... una Inquisición feminista que decide arrebatar unas pocas perras a un modesto escritor que lleva sus novelas de concurso en concurso. El novelista se llama Javier Ochoa y no sé si es bueno, malo o regular, pero el caso es que otra señora de las progresistas de Jaén encargadas de la educación y cultura andaluzas le negó el premio ya concedido porque la obra “...falta al derecho de Igualdad por razón de sexo”. La, creo que diputada, emitió un informe y todo que para ser  completamente científico fue acompañado por el aval de una Psicóloga -¡vade retro!- que educa en la Universidad de Sevilla y que considera la decisión de “ejemplar y valiente”. Sobre todo, valiente...
        
Los alumnos que perseveran en la doctrina de Doña Mar pueden colocarse de mayores junto a su maestra y, desde abultado jornal, hacerse los pobres de pedir. De los éxitos gamberriles en Córdoba de la joven Elena Cortés, con sirenas desde su balcón al paso de un Crucificado, ya se dijo algo en Salmonetes..., pero no me dirán que no es desfachatez quejarse de ser Consejera de Vivienda, pues el oficio le impide practicar el acoso -el escrache lo dicen ahora- a los políticos del PP. ¡Ella, la jefa de las viviendas andaluzas que seguro tiene las llaves de suficientes pisos como para acomodar a tanta pobreza generada por el Gobierno del que es “miembra”!

    Al cerebro de esta Elenita prieguense, paisana de don Niceto Alcalá Zamora, y al de la peronista Ada Colau , encomienda su futuro una grey bulliciosa que va del botellón a la “manifa” buscando esa paguita que redimirá de tanto esfuerzo por alcanzar la revolución.

Elena de Priego, que no de Troya