Ahora hago películas personales en las que nadie me dice qué tengo que hacer,
pero el dinero lo gano en la industria del vino.- Francis F. Coppola
pero el dinero lo gano en la industria del vino.- Francis F. Coppola
José Ramón Márquez
Mi amigo Oti (Rodríguez Marchante) suele salir en un vídeo que ponen en la web de ABC comentando las películas que se estrenan. Lo llama Dos balazos. Ver esos segundos es la única relación que uno tiene en la actualidad con el mundo del cine, tan latoso él.
Esta semana me ha llamado la atención el hecho de que Oti hable de la película de un tal Jonás Trueba, que es, por lo que parece, el hijo del famoso bizco al que dieron un Oscar de Hollywood hace unos años. El pobre crítico hace lo que puede por salir del atolladero, que a las películas gringas se las puede poner a parir, porque aquello pilla muy lejos, pero no hay quien tenga huevos a meterse con la ‘cosa nostra’.
Oti se defiende en faena de aliño echando mano de esas cosas que dicen los críticos de cine para salir de atolladeros como éste, cosas como eso de que el nene es muy ‘rohmeriano’ (rohmeriano" de Alain Tanner), así como que le augura -no es difícil esta profecía- un largo camino como director de películas. ¡Cualquiera se mete con el nene, según está el patio!
Mi amigo Oti (Rodríguez Marchante) suele salir en un vídeo que ponen en la web de ABC comentando las películas que se estrenan. Lo llama Dos balazos. Ver esos segundos es la única relación que uno tiene en la actualidad con el mundo del cine, tan latoso él.
Esta semana me ha llamado la atención el hecho de que Oti hable de la película de un tal Jonás Trueba, que es, por lo que parece, el hijo del famoso bizco al que dieron un Oscar de Hollywood hace unos años. El pobre crítico hace lo que puede por salir del atolladero, que a las películas gringas se las puede poner a parir, porque aquello pilla muy lejos, pero no hay quien tenga huevos a meterse con la ‘cosa nostra’.
Oti se defiende en faena de aliño echando mano de esas cosas que dicen los críticos de cine para salir de atolladeros como éste, cosas como eso de que el nene es muy ‘rohmeriano’ (rohmeriano" de Alain Tanner), así como que le augura -no es difícil esta profecía- un largo camino como director de películas. ¡Cualquiera se mete con el nene, según está el patio!
Márquez y Oti en el Ejército
que venía de tomar el Congreso
Desde entonces sólo ha tomado
el aeropuerto de Barajas
que venía de tomar el Congreso
Desde entonces sólo ha tomado
el aeropuerto de Barajas
Bueno, no es ahí donde yo quería llegar. Es que me he tirado una hora mirando en internet a ver si encontraba a qué se han dedicado los hijos de Hitchcok, Billy Wilder, John Ford, Buster Keaton, Cecil B. DeMille, Ernst Lubitsch, Akira Kurosawa, Benito Perojo, los hermanos Lumiére, Willam Wyler, Friedrich Wilhelm Murnau, Luis Buñuel y Ladislao Wajda, y es que yo no he encontrado que ningún nene cinero haya seguido la senda de los papás genios. Yo creo que eso se puede deber a que en las épocas que esos trabajaban ni había subvenciones del Ministerio de Culturilla ni existía el manto protector de “daddy filmaker”, que para eso estaban los hermanos Warner o David Selznik, para que la pasta no se fuese al desagüe, a diferencia de lo que pasa ahora, que lo importante es que los nenes no se priven de hacer sus películas, aunque no vaya a verlas ni la perra loba.
Claro que también puede ser que este Jonás, que cumplió veinte años en el 2000, sea la excepción de una regla que vale para el toreo, donde muchos hijos e incluso nietos han superado a sus padres, como en el caso de Pepe Dolls, padre y nieto de Manzanares, o del Papa Negro, pero que en el cine no se da. En cualquier caso, tampoco iré a ver la película de Jonás, como no he visto las de su papi, aunque ya he pasado de forma obligada por la taquilla virtual, que es con la que pillan directamente la lana de los impuestos para que se la regale a los Trueba, padre e hijo, Angelines, la Ministra.