EL MÍSTER
Francisco Javier Gómez Izquierdo
He intentado apartarme una semana del mundo, pero el mundo no deja de enredar. Entre la pugna por ver quién gasta más maldad, si la gente de la aviación ó la gente del gobierno, y el descomunal derrumbe del paisanaje palentino del que presumíamos ante las Andalucías, uno no estaba preparado para más disgustos. Faltaba Lucas Alcaraz, el entrenador más triste del que se tenga noticia, para aburrir el sábado hasta la desesperación y sumir al Córdoba en terrorífico desasosiego. “Soy un empleado y me da igual lo que pase con el Club”, dice el tío..., dando fe del sambenito de “malafollá” que arrastran los “granaínos” por culpa de paisanos como nuestro entrenador. Bueno, el entrenador del Córdoba... pues mis entrenadores siempre han sido el español Naya y los franceses Marcel Domingo y Lucien Muller, a los que veíamos dirigir a los futbolistas como si fueran generales.
Leo en el Marca que Marcel Domingo ha muerto, y su relación con el Atlético de Madrid, tanto de jugador como de entrenador. Los burgaleses le recordamos junto a Juanito, Viteri, Kresic, Manzanedo..., como el Míster que dirigió la mejor plantilla de la historia del Burgos CF y que hizo morder el polvo de El Plantío a los tres gallitos de entonces: al Barça de Cruyff, al Madrid de Breitner y al Atlético de Leivinha. Juanito y “el Míster” parecían tener ganas a los colchoneros. Nunca se me olvidarán los agarrones imposibles de Luiz Pereira a nuestro 7 de siempre, intentando evitar el mejor gol que se ha marcado en 1ª División en tierra burgalesa. Devorábamos el As leyendo las bravuconadas mouriñescas de nuestro Marcel, gritando al mundo que hacíamos el mejor fútbol de España... que el Madrid y el Barça no jugaban ni a tabas, que ganaban por los de negro y que estaba en contra del poder establecido... Le metían unas sanciones descomunales... y sólo por hablar alto. Le secundaba el presidente Martínez Laredo, capaz de disfrazarse para saltar al campo y pegar al árbitro, y la verdad es que éramos un equipito que dábamos mucho juego...
Marcel Domingo era un entrenador incendiario que a veces provocaba en sus futbolistas ese lado macarra que era muy corriente entre gente de cierta fama. Hizo muy buena campaña y un portero para el futuro -Manzanedo- al que se llevó al Valencia, club que tuvo muy en cuenta los aciertos del Míster francés y lo contrató para ponerlo al frente de Valdez, del Lobo Diarte, Claramunt, Rep... y Adorno, un argentino que presumía de un padre nacido... en Celta de Vigo.
Hablamos de finales de los 70. Marcel Domingo ya había sido campeón de Liga con el Atlético y por esta época volvió a repuntar su prestigio. Su carácter le impidió ser más grande, pues tenía cierta fama de sindicalista y los presidentes huían de los entrenadores reivindicativos... No le faltó el trabajo, pero se tuvo que conformar con equipos de 2ª y hasta de 2ª B.
Era un tío de casta... y un buen entrenador, pero, para mí, que padeció incomprensión...