sábado, 1 de febrero de 2025

La Colorá


Juan Cruz

Ignacio Ruiz Quintano

Abc Cultural


Sobre España, ese Combinado Autonómico de Fútbol de cuya leva se ocupa actualmente un tal señor Del Bosque, “de salmantino luto”, ha derramado el Premio Príncipe de Asturias su piñata de los Deportes, que es una cosa que a los nuevos españoles se les da muy bien, más por sus nuevas dietas de carne que por sus viejas lecturas de Nietzsche.


El canario Juanito Cruz, que ha estudiado el asunto, sostiene que el éxito futbolero de los españoles obedece, no a la ausencia de enemigos, como ocurrió en Suráfrica –donde sólo perdieron contra la correosa Suiza–, sino a la ausencia de “patrioterismo”.


Caballeros –dice Juanito que dijo el señor Del Bosque en el vestuario surafricano–, esto no es una guerra ni una cuestión de patriotismo, así que hala, a pegar patadas al balón.


Para no decir “España” y preservar al invento de cualquier desviación patriótica, el periodismo decidió decir “la Roja”, expresión que los andaluces suavizan con el recurso a “la Colorá”. La “Colorá”, pues, nuevo Príncipe de Asturias de los Deportes, premio dotado con quinientos mil euros, que tampoco es dinero para esos muchachos, y una estatuilla, como se dice en el “As”, “diseñada por el escultor Joan Miró”.


Es verdad: Miró quiso asesinar a la pintura, y una vez destruyó unos cuadros que había hecho para el Colegio de Arquitectos de Barcelona. A la escultura lo aficionó el maestro Galí, que tapaba los ojos a los alumnos como a los caballos de picar, obligándolos a aprehender las formas con las manos. Y así se imagina uno a ese jurado de la “Colorá”. Ahí estaba Lissavetzky, el comisario zapateril que en Suráfrica le sacó a Villa una camiseta para la hija del presidente –cosa que no hizo Elola Elaso con la de Marcelino para la hija del Generalísimo–, lo que le ha valido una nominación a la alcaldía de Madrid.


Ahora toda la expectación es para el discurso del capitán Casillas.