Carlos el Loco
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
El coronavirus se postula como el animal totémico de la globalización, que tampoco es el globalismo.
El globalismo es el más vasto movimiento esclavista de la historia, promovido por una oligarquía económica cuya expansión, según Belloc, que no era precisamente un marxiano, se ejerce en todos los sectores manejando todo el mecanismo de la legislación y de la información. En “El Estado servil” descrito por Belloc se da por supuesto que unos pocos pueden poseer, y la gran mayoría debe vivir asalariada debajo de ellos, sin otra mejora que la que venga de lo alto, “pero no mediante la propiedad, no mediante la libertad”.
La época nuclear de la globalización terrestre abarca desde 1492 hasta 1945, afirma el socialdemócrata alemán Sloterdijk, el único filósofo que ha estudiado lo que en la sociología, en la política y en el periodismo se discute “bajo la irritante e histérica expresión de globalización”, cuya expresión extrae él no del adjetivo “global”, que no se sabe bien qué significa, sino del sustantivo “globo”, que es una cosa formada de redondeces.
–La globalización actual es la consecuencia del movimiento del capital especulativo que circunda la Tierra bajo la forma de noticias a la velocidad de la luz, lo cual equivale a la destrucción del espacio.
Ya el “Maquiavelo” de Maurice Joly anunciaba que los pueblos amenazados por una inevitable disolución vuelven al despotismo como áncora de salvación, que es lo que vemos en los sudores de esta ideología de granja que es la socialdemocracia, cuyo primer discurso moral lo hizo un consejero de Carlos el Loco de Francia, que apoyaba o cancelaba los edictos según soplara el viento:
–Tenemos por costumbre querer lo que quiere el rey, pero estamos sometidos a las circunstancias del momento, y creemos que la mejor solución pata mantenernos de pie, dadas las revoluciones que se dan en las cortes, consiste en ponerse siempre del lado del más fuerte.
En menos de un tuit del siglo XV queda explicado un Régimen.