lunes, 14 de mayo de 2018

Neymar sí, Neymar no



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Lo de Neymar lo decidirá el mando, muy al margen del piperío futbolístico, que, al igual que el piperío político, es muy fácil de pastorear en una sociedad como la española, educada en la cultura de que toda crítica es subversión.

    Neymar es el “Robben, Cesc y Kaká” del Madrid Pos Número 13. O sea, un “Sí o Sí”.

Dado que el periodismo madrileño y el periodismo barcelonés son intercambiables, la ventaja de la Segunda Venida de Neymar a Madrid es que ya sabemos lo que vamos a leer, porque ya lo escribieron en Barcelona.

    Citaremos a Casanovas por ser quien mejor redacta en español y que en 2011 veía en Neymar un talento sin cabeza: “Puede ser un buen futbolista, no lo dudamos. Puede llegar a ser una estrella, tiene posibilidades. Puede acabar fichando por el Madrid, ellos sabrán lo que se hacen. Lo que no queremos bajo ningún concepto es que Neymar acabe jugando en el Camp Nou. Así de claro”. 

Neymar no le parecía recomendable por una vida personal “perversa”, unida a una “falta de formación básica” y a una fama rápida que “lo han desequilibrado”.

    –Con solo diecinueve años es la estrella del Santos y el 9 de Brasil, lo que nadie sabe es dónde estará dentro de un par de años.
    
En el Barcelona, disputándose con Busquets y Alves el título de Desdémona Mayor del Culerismo.
    
¡Una bomba de relojería!, en opinión de Casanovas, que exige dos condiciones para triunfar en el Barça: “tocarla bien con los pies” y “tener una cabeza bien amueblada”. Guardiola, según él, había conseguido hacer “un once de amigos, donde no caben los celos ni las envidias”, y por eso “no cabe Neymar en el Barça: está prohibido ficharle, ya que su presencia en el vestuario sería como poner… una bomba de relojería. A no ser que sufra una metamorfosis total y cambie su forma de ser, lo que a día de hoy nos parece un imposible”.

    –El recuerdo de la última etapa de Ronaldinho no se olvida. ¡Que lo fiche el Madrid!
    
Y, mondando gambas en Casa Adriano en el barrio madrileño de Tetuán, se chupaba los dedos soñando un porvenir blanco: “Meter a la estrella del Santos al lado de Cristiano Ronaldo es meter gasolina en el vestuario blanco, un cóctel explosivo. Recordemos que el Madrid ya ha buscado un par de veces con Robinho y CR7 un jugador capaz de eclipsar a Messi, de quitarle protagonismo. Todo ha sido en vano. Leo come aparte, es un genio único, un jugador de equipo que hace mejor a los demás. Por todo ello, hasta nos gustaría que el Madrid acabara fichando a Neymar. Pagando el gusto y las ganas, los contactos del Barça van encaminados en esta dirección. Subir el precio de la mercancía, ponérselo difícil al máximo rival. Más o menos lo mismo que hicieron ellos cuando llamaron al Arsenal diciendo que pagaban más que el Barça por Cesc”.
    
Neymar acabó (por 17 millones de euros culés, contra los 120 ofrecidos por el Madrid) en el Barcelona (en Madrid la excusa del “gatillazo” fue que había tantos a cobrar que no se sabía bien quién era el dueño del futbolista), con Rosell, ahora en Soto del Real, y Neymar, que hasta la víspera era otro caso Balotelli, se convirtió en el yerno de todas las familias catalanas.

    –Es un maleducado, como Pelé –dirá luego Maradona de Neymar.
    
El lema o mote de Neymar, declarado por él mismo, es “osadía y alegría”, se alimenta de “arroz con frijoles, carne y batata frita” y viste siempre igual:

Siempre me pongo lo mismo. Unos pantalones cortos, una camiseta sencilla y una gorra.
    
Es decir, el uniforme del madrileño medio, detalle que humedecerá los ojos de los piperos, que podrán sentirse representados por un multimillonario con pintas de veranear en Gandía. En cuanto a las cosas que dijo cuando era jugador del Barcelona, téngase en cuenta que también Raúl dejó escrito en el libro de firmas del madridismo un pensamiento extraordinario: “Siempre tuve química con Guardiola y cuando el Barça ganas Copas de Europa me alegro”.



CRISTIANO Y EL INNOMBRABLE

    Una hermana de Cristiano ha revelado en el diario francés “L’Equipe” el misterio más importante del fútbol: “En casa de Cristiano no se habla de Messi”. Con lo que Messi pasa a ser oficialmente un Innombrable. Cristiano decidió hace tiempo que él, Cristiano, era el mejor jugador de la Historia, y a partir de ese momento Messi pinta en su vida lo mismo que la blanca doble en el dominó. A Messi sólo lo hacen grande piruleros como Ramos, que el día del clásico, cuando más ensimismado en sus cosas de gnomo escandinavo parecía el argentino en el campo, no pudo el “cortihero” sevillano resistir la tentación de provocarle (Ramos es como Beavis y Butt-Head en uno), y sólo con despertarlo casi nos gana él solo el partido, dos veces salvado con la punta de los dedos por Navas, que lleva camino de otro Juanito Alonso.



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