Astillas de España
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Que dice Maduro, el padrino de nuestros revolucionarios, que, si él se presentara a las votaciones en España, llegaría a La Moncloa, lo que demuestra que conoce el régimen mejor que todos nuestros políticos y tertulianos.
Desde luego, no es mal mozo, que es lo que aquí gusta.
–Yo titularía: “Es buen mozo” –me dice Hughes de Albert Rivera, un político muy para suegras, que tanto valoran la frescura en los políticos y las pescadillas.
Frente al pesimismo jüngeriano de que lo único que produce ya Europa son museos, el optimismo español del brote verde y el frescales político.
Los frescos del barrio son Albert Rivera a la derecha, y a la izquierda, Pablo Iglesias. Lo cursi y lo cani, que a eso redujo la socialdemocracia las dos Españas. Suegras jóvenes y estudiantes viejos. (No sé de ningún obrero que el día de la votación vaya a dejar la radial para echarles una papeleta).
–El paso de los estudiantes españoles produce curiosidad en los bulevares. La edad, bastante avanzada de algunos, y sus trajes de bandidos de comedia (“brigands de comédie”) han causado sorpresa.
Eso decía la prensa francesa de nuestros “podemistas” … ¡en tiempos de Bonafoux!, es decir, bastante antes del tabarrón subjetivista de España como “proyecto sugestivo” (?) que Ortega copió de Renan y que José Antonio copió de Ortega y que Rivera viene usando de guante Varadé de su socialdemocracia moza.
–Me voy a la cama, que ha venido un fresquito que da gusto –dicen las suegras.
Y lo mismo que se van a la cama, se van a la urna. Es nuestra cultura política.
El “proyecto sugestivo de nación” pasa por que Rivera nos acueste a las suegras e Iglesias nos acueste a los hijos. “Prestación universal por criatura”, se llama el Beso de Buenas Noches prometido por Pablemos. “Y que paguen los ricos”, lo que convertiría a Amancio Ortega en el Dick Van Patten (el simpático papá en “Con ocho basta”) de todos los mocitos de España.
Es normal que Maduro se lo esté pensando.