martes, 25 de marzo de 2014

Suarismo





Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Como lo viejo no acababa de irse y lo nuevo no acababa de llegar, surgió el suarismo, que sería un domingo de cuatro años.

    Nunca nadie fue más libre que un español (joven) bajo el suarismo, que era la libertad menuda de la escuela cuando, ausente el maestro, los niños se tiran tizas y a Rosarito se le escapa un taco que es la señal de la Revuelta.

    –Rosario se ha escapado, / se ha ido de su casa, / ha matado a su padre con una lata, / ha matado a su madre con una lata. / ¿A qué estás esperando / para irte de tu casa? –guitarreaba Alaska con Kaka de Luxe.
    
En el 77, Rosarito era Alaska, y la Revuelta, la Movida.
    
¡Suarismo y eterno femenino!
    
Lo femenino en el suarismo fueron Alaska en el Rastro, Pina López Gay en la Universidad, y en la política, Carmela García Moreno, cruce gozoso de Farrah Fawcett, el ángel de Charlie, y Mary Tyler Moore, la chica de la tele, que llegaría (Carmela, no Mary) a jefa de la juventud de España.
    
Desde Sócrates, que era muy feo, hasta Carmela, que era muy guapa, la juventud siempre ha sido una superstición democrática.

    Los jóvenes de hoy no saben nada del suarismo, pero los del suarismo, tampoco, porque para aquellos jóvenes el suarismo era volver a casa a las diez de la mañana después de muchos años de en casa a las diez (de la noche).

    El suarismo terminó en cuanto una franquicia alemana del socialismo, que en la Universidad no existía, consiguió moldear en nuevo régimen la herencia mental del franquismo: providencialismo estatista, puño y rosas donde yugo y flechas, y contra bigotitos, barbitas.

    El gobierno de Madrid rescata la idea gallardoní de dar al aeropuerto de Barajas el nombre del fundador del suarismo (partido de un solo miembro), cuyo ministro más glamuroso,  Joaquín Garrigues, susurraba en los cenáculos:

    –Si la gente viera por un agujerito al Consejo de Ministros en sesión, correría a Barajas a tomar el primer avión al extranjero.
    
Bendita anarquía española (la fetén), el suarismo.