jueves, 11 de diciembre de 2025

Hughes. Real Madrid, 1; Manchester City, 2. Una fructífera derrota



Hughes

Pura Golosina Deportiva


Perdonen los amigos golosínicos que no sea la crónica habitual (de todos modos un poquito pesada) y que además llegue tarde. Motivos patriarcales.


Era el partido para la decapitación de Xabi Alonso (XA) y se le notaba al hombre que estaba demacradillo, sobre todo en la segunda parte, cuando el partido oscilaba entre la remontada (o más bien empate) y el Dokudrama, por las que estaba liando Doku, el extremo citizen.


El partido de Doku se juntó con el partido de Vinicius y salimos con la sensación de que hemos de revisar las escalas estelares, como se revisa el nivel de vida. El que la lió bien liada fue Doku.


Con Vinicius nos quedamos en el Balón de Oro, pero ha habido mucho IPC desde entonces...


XA recuperó la línea de San Mamés: un 4-4-2 en defensa, presión a media altura (ni muy arriba, ni muy abajo, como la falda de una mujer profesional), Ceballos y no Güler junto a Tchouaméni y un compromiso de 4-4-2, lo que obliga a que corran los cuatro defensas, los dos pivotes, y los dos interiores que bajan a dibujar la línea de cuatro. Así, corren como mínimo ocho, y ayer, como no estaba Mbappé, corrieron nueve porque entró Gonzalo, con su cara de tártaro y sus buenas presiones que ayudaron en el inicio brioso y bienintencionado del Madrid.


Fue un buen día para la cantera porque Carreras se confirmó. XA debería atreverse estos meses subiendo a alguno más.


Fue una derrota que se daba casi por descontada y sirvió para regresos, pactos, promesas... Esa línea del Madrid en Bilbao es la única posible. El Madrid ha de jugar a lo que puede jugar el Madrid. Con Alonso, con Ancelotti o con Maguregui, si volviera el hombre. No se juega a la Idea del míster, se juega a lo que se puede. Es lo que Trump llamaría “realismo flexible”. Por ahí llegamos al contragolpe, que es la forma florentiniana de fútbol. No todo ha sido contragolpe, pero mayormente. Contragolpe y agónico bloque bajo (Casillas en la Novena, Courtois contra el Liverpool, todos contra el City...).


Alrededor de esa fórmula los jugadores corren, Alonso se baja de la nube de la presión alta... se alcanzan compromisos entre todos y puede ir integrándose a un Güler de refresco, a un Camavinga mandón, e incluso a Rodrygo, que regresó del limbo de antifútbol en el que moraba.


Rodrygo fue el mejor y volvió justo con el rival que le gusta y la competición que le gusta como si nada hubiera pasado. En esa forma de escaquearse y reservarse para lo VIP y el jamoncito bueno, Rodrygo es supermadridista.


Quizás tenía razón XA cuando insistía con él: había que recuperarlo; y también cuando sugirió, a principios de temporada, que el Madrid eran Mbappé y el resto. Viendo el comportamiento ante el gol, quizás sea así. No hace falta que corran los once (eso para Luis Enrique), bastaría con ocho o incluso nueve, si corriera el que está al lado de Mbappé. Esta parece la cuestión por definir. Si corren ocho o corren nueve. Lo mejor a lo que puede llegar el Madrid es un bloque entre Courtois y Mbappé que corra. Vinicius quedó, por tanto, como interrogante de la noche, y Bellingham ha de aceptar su destino en el ir y venir de ese 4-4-2. De Bellingham, con su aire de dificultad, no puede decirse que haga las cosas fáciles, sencillas. Si eso define un crack, entonces...


El Madrid, cuando marcó en un contragolpe bien culminado por Rodrygo, se dejó empatar y dar la vuelta con un balón parado y una locurita de Rudiger. Haaland marcó el penalti y no lo celebró. Parece buen momento táctico para que Florentino lo junte a Mbappé.


Cuando tus defensas son Asencio y Rudiger, es imposible pensar que no va a suceder algo.


Luego el Madrid quiso empatar, pero no pudo. Llegó sin construir, por arrestos, por redaños (¡no alfredos!). El City impuso su control, su posesión. No es el mejor City, pero ya es un City serio, y el Madrid mejoró porque no fue bailado por un top ten. No le cayó una goleada. Esto es una mejoría, un avance, una prueba de trabajo que XA puede presentar ante la directiva: “Su Superioridad, antes nos humillaban, ahora solo nos ganan en casa dejando nosotros una sensación de fútbol voluntarioso, corto, acelerado y periférico capaz de lograr algunas ocasiones aunque más personales que otra cosa”.


En esos minutos de empeño y tesón, apareció Endrick y la remató al larguero. Lo suyo ha sido un auténtico crimen deportivo. También pudo empatar Bellingham, malo en el toque final.


Hubo cosas, es verdad, aunque es inevitable preguntarse cuántas de ellas ocurrieron porque no estaba Mbappé.


El Madrid perdió pero no dolió la derrota ni puede servir para destituir a XA porque ya estaba asumida y fue mejor que otras. Más digna y honrosa. Esto salva a XA y a algunos futbolistas señalados, pero dice alguna cosa sobre el club y su extraña política 2023-2025. Quizás algún día también se estudie en Harvard.