jueves, 15 de junio de 2023

En la muerte de Antonio Marín

 


Francisco Javier Gómez Izquierdo

          Me lo presentaron unas navidades. Las del 90, 91, o 92 como mucho:  "Antonio.., va a ser compañero tuyo. Ha aprobado las oposiciones. Un futbolero de verdad. De los que han jugado muchos partidos en El Arcángel y alguno, supongo, en tu Plantío". Servidor, recién apuntado a la secta del Córdoba CF, ya había repasado la historia de mi nuevo club y por esas cosas que uno no sabe explicar me iban saliendo curiosas relaciones con el Burgos. "Me subió Vavá al primer equipo el año que se fue Fernando al Burgos". Fernando es Aguilera, un central rubio con cara de juez al que llamábamos el Beckenbauer de El Plantío y que el bueno de Diego Moreno, q.e.p.d. el fino interior cuando los blanquiverdes jugaban en Primera, ya no me podrá presentar. "Luego también fichó con vosotros Carmelo, mi compadre, al que vuestro presidente le dejó dinero a deber ..."

 Carmelo Salas, lateral izquierdo que fue desplazado por Rubiñán cuando al Burgos lo entrenaba Arsenio"...y de Burgos vino Burguete que nos había metido un gol en cada partido de Liga del año anterior".  Antonio Burguete, de Burjasot, ya hace diez años que también murió y al que en aquellos 70 empujó Viteri a la vera del Guadalquivir. Estas pláticas, mucho más breves de lo que servidor hubiera querido, manteníamos Antonio Marín y quien suscribe.
   Antonio Marín entró de funcionario de prisiones cerca de los 40. Tenía altura y presencia, perdonen la cursilería, apolínea y gastaba el caminar propio del defensa central setentero. Parecía como que cojeaba un poco, pero no. Si ustedes recuerdan a Luiz Pereira a veces daba trancos cortos pero era un apuntar antes de disparar que a fuerza de ensayar se convierte en hábito. Aguilera andaba igual que Antonio, de los últimos que me vienen a la magín quizás Casemiro que también encoge antes de soltar. El caso es que Antonio Marín a pesar de su aspecto no ha tenido buena salud. El corazón le dio un susto morrocotudo y se jubiló hace unos quince años. Lo veía por Ollerías y aunque era de natural poco hablador -se guardaba las cosas que a mí me gustan de los vestuarios, los viajes, las putadas...- y quizás discreto en demasía me iba explicando sus cuitas físicas mientras yo notaba que su esbeltez se iba encogiendo.


    Antonio Marín murió ayer y su muerte se suma a una lista repleta de gente que me ronda muy cerca y no lejos de la edad de uno, circunstancia que aunque uno no quiera da que pensar. En el umbral de Santa Marina, despidiendo al féretro, un grupo de veteranos futbolistas que a muchos sonará: Verdugo, Escalante, Mansilla, López Prieto, Carmelo Salas, Cruz Carrascosa, Varo... Alguno más había que no soy capaz de sacar. Cuando todos ellos, sin saberlo, nos hacían felices, servidor pasaba frío en El Plantío con muchísimo gusto.


     Tenía Antonio 72 años recién cumplidos. D.E.P.

 

Córdoba 76/77

Molina, Pablo, MARÍN, Carmelo Salas, Urbano, Varo,

 Lezcano, Abelenda, Onega, Burguete y Calero