viernes, 30 de noviembre de 2018

Winnie Pooh


Foto: curiouscatlady.com


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

La policía comunista de Madrid retiró de la circulación a Winnie Pooh, que trabaja en régimen de autónomo en la Puerta del Sol, para no molestar al presidente Xi Jinping, que se parece un huevo, y esto es como si Messi tuviera que taparse el escudo del Barça cada vez que juega en Sevilla para no molestar a Manuel Chaves, que es su vivo retrato.

Diga usted que ha entrado en letargo –le dijeron.
La cultura liberal tiene al zorro, que es el Estado, guardando el gallinero de los derechos, juntos el de la holganza y el del trabajo, con lo cual no tenemos ninguno, y en la duda decide el Evangelio: en el de san Juan, Cristo llama “trabajador” al Padre (“Dios ha trabajado y sigue trabajando todavía”), doctrina a la que se agarran los estatistas para retrasarnos a todos la jubilación.
La cultura comunista del trabajo (ajeno) también es conocida, merced, sobre todo, a la difusión que por el mundo hacen de ella “el medio millón de vagos del partido comunista cubano” (Franceschi), que la mamaron del Che, creador del campo de concentración (para homosexuales) de Guanahacabibes, cuyo lema, a modo de escarnio del de Dachau (“Arbeit macht frei”) es “El trabajo los hará hombres”.
En fin, que Xi Jinping vino a consolidar “El Estado Servil” que viera venir Belloc (católico ortodoxo y maestro de Hayek, por si algún idiota quisiera levantar el meñique…), resumido así: “Con los medios de producción en posesión de unos pocos, nuestra inestable sociedad tiende a estabilizarse mediante el trabajo obligatorio, legalmente exigible a los desposeídos para beneficio de los poseedores… Los hombres serán divididos en dos clases: una, económica y políticamente libre, en posesión, ratificada y garantizada, de los medios de producción; la otra, sin libertad económica ni política, pero a la cual, por su misma falta de libertad, se le asegurará la satisfacción de ciertas necesidades vitales y un nivel mínimo de bienestar…”
El futuro laboral es Winnie Pooh (el de Sol), no Susana Díaz.